Hace 11 años, cuando los fundadores de la Organización Educativa Integral decidieron crear el Centro de Sistemas de Antioquia, Censa, adquirieron una sede en el centro de Medellín donde atenderían a los 1.000 estudiantes que esperaban. Sin embargo, el primer día se matricularon 5.000, por eso desde ese momento, decidieron hacer anualmente una reinversión de sus ganancias para adaptarse a la demanda de servicios y continuar creciendo. Hoy llegan a casi 50.000 estudiantes en Colombia en programas técnicos y profesionales, bachillerato semiescolarizado, programas de bilingüismo y otros de pregrados en la Corporación Universitaria Americana. Tienen sede en 14 ciudades del país.
En Medellín, donde se concentra el grueso de la población estudiantil, poseen ocho bloques de edificios y acaban de invertir casi 6 millones de dólares en la compra del Club Medellín, que sirve para el esparcimiento no solo de los estudiantes de la Organización Educativa Integral, sino para la comunidad en general del centro de la ciudad. También tienen dos sedes en Estados Unidos, en las que ofrecen programas laborales para latinos y que son avaladas por el gobierno americano. “¿Por qué lo hacemos? porque estamos aprovechando el buen momento para continuar creciendo”, explica Albert Corredor, gerente de la organización.
Calidad educativa
Resalta el directivo que una empresa es buena si su producto es bueno pero solo es excelente cuando el producto también lo es. Por eso, las inversiones están enfocadas al desarrollo de programas de formación laboral pertinentes e incluyentes, para lograr educación de calidad para los estudiantes y continuar con las metas de expansión.
Por eso, continúan con los programas académicos iniciales en las áreas de sistemas, junto con otros que responden a la demanda laboral: bilingüismo, internacionalización, innovación y niñez. El programa bandera actualmente es Técnica Integral en Atención a la Primera Infancia, para el que se adecuó un espacio para la atención a la primera infancia al que asisten los hijos de estudiantes y disfrutan del espacio mientras los papás asisten a las clases. La práctica es parte de la responsabilidad social de la organización con los estudiantes y sus familias, la mayoría pertenecientes a los estratos 2 y 3 quienes requieren de estos servicios dentro de su formación.