A pesar de que los líderes de Asonal, micrófono en mano, intentaban explicar las razones del paro judicial, el público sólo entendía que le estaban negando el acceso a la justicia. Y por eso, en las afueras del Edificio José Félix de Restrepo , en La Alpujarra, se veían caras de enojo, personas frustradas al no poder entrar a los juzgados.
En la puerta, como un oponente "imperturbable" y sordo a sus razones, un hombre se encargaba de impedir el paso. No importaban las explicaciones ni las angustias que esgrimía cada persona: mientras no se levante el paro judicial, al edificio no hay acceso, salvo que se trate de diligencias relacionadas con casos especiales definidos por Asonal: cuotas alimentarias, audiencias con detenidos, casos de libertad por vencimiento de términos y habeas corpus.
"Entendemos que la ciudadanía es la más afectada, pero les pedimos comprensión, este es un paro por la dignidad y la mejora al sistema judicial", explicó Gustavo Arbélaez, presidente de la Junta Directiva de Asonal en Antioquia y quien, en la plazoleta del edificio judicial, asumió la vocería para hablarles a sus colegas y al publico que hacía fila.
Protesta sin atropellos
A Fernando Sepúlveda le parece que los empleados de la rama judicial pudieron hacer su protesta, pero sin afectar a la ciudadanía, que harto tiene que luchar para obtener justicia. Muy enojado porque a las 11:00 a.m. ya llevaba tres horas de fila sin obtener resultado, expresó que "el pueblo siempre sufre las consecuencias de la ineficiencia".
Tiene razones de peso para afirmarlo, pues lleva diez meses luchando para que le den un certificado que él llama de "intervisión" para una familiar que perdió la razón y necesita que le nombren un representante legal.
"Ya estoy cansado de trámites y hoy (ayer) que me iban a definir, vea lo que pasó, no hay servicio, otra vez a hacer vueltas", comentó.
A su lado, gente de todas las edades esperaba impaciente que el hombre de la puerta se conmoviera al escuchar cada caso y dejara entrar. Pero no. Aunque los atendía con amabilidad, el paso estaba clausurado. Muy pocos entraban.
Javier Antonio Ciro , cansado de hacer cola apoyado en un bastón, se lamentó de la lentitud del sistema judicial y por eso justificó su rechazo al paro, que ayer ajustó 12 días.
"Llevo doce años buscando que se me pague la indemnización por un accidente de tránsito y esta es la hora que nada se decide", comentó.
Según su versión, estaba en una acera cuando dos carros se le fueron encima y lo dejaron lisiado para trabajar. Sin embargo, pese a la evidencia de su afectación física, no se le ha hecho justicia. Y ayer, que iba a una conciliación con sus demandados, no hubo trámite: "ellos cobran como aliviados pero trabajan como enfermos", sentenció.
Gustavo Arbeláez , de Asonal, insistió en que la nivelación salarial de los empleados de la rama judicial es una necesidad sentida y que por ello el paro no se levantará hasta tanto se oigan y reconozcan, con documentos y compromisos firmados, las reclamaciones de su gremio.
Confirmó que en Medellín son 2000 empleados de la rama judicial los que participan en el paro y los afectados son unas 8000 personas que a diario visitan el edificio de la Justicia.
Dice que en total son 200 juzgados que hacen en promedio 5 diligencias por día 5 días a la semana. Así, los cálculos dan que en 12 días de paro (9 de estos hábiles) se han dejado de realizar cerca de 9000 diligencias. Todo está represado.
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