Las comisiones de paz del Congreso de la República recibieron ayer una nueva carta, también enviada a Naciones Unidas, en la que nueve exjefes paramilitares presos insisten en sumar su presencia y esfuerzos en torno a la mesa y al proceso de conversaciones, iniciados hace doce días en La Habana, Cuba, entre el Gobierno y las Farc.
De manera exclusiva, El Colombiano tuvo acceso al contenido de la misiva (ver fotodocumento) que señala el énfasis de los desmovilizados en participar en las Mesas Regionales de Paz que iniciarán su segundo ciclo en febrero de 2013 y cuyo primer tema de trabajo serán las víctimas del conflicto armado.
Un integrante del Congreso, quien pidió reserva de su nombre, confirmó a este diario que los exparamilitares quieren "participar en las mesas que tiene que ver con las víctimas y ofrecen su experiencia de reinserción para fortalecer este proceso y ser gestores de paz".
En el comunicado, firmado por Edwar Cobos Téllez, exjefe del bloque Montes de María; Luis Eduardo Cifuentes, exjefe del bloque de Cundinamarca; Ramón Isaza, exjefe del Magdalena Medio; y otros seis excomandantes, piden que se cree una mesa de trabajo en Bogotá para que se analice su proceso de desmovilización a la luz del pacto firmado por el Gobierno y las Farc en La Habana, Cuba, hace un mes.
Dice textualmente el comunicado: "Fuimos en su momento actores políticos y militares del conflicto, actualmente sometidos al nuevo marco de Justicia Transicional, por lo cual consideramos pertinente se tengan en cuenta nuestros hechos efectivos de Paz, dentro de este proceso de reinserción a la vida normal, para que las comisiones de Paz del Congreso, de manera conjunta o individual, vean la importancia de conocer directamente esta experiencia, como un aporte propositivo a la sostenibilidad del actual proceso Colombiano de Paz".
Los desmovilizados califican de acertado el proceso de paz entre Gobierno - Farc y manifiestan poner toda su experiencia "como símbolo de nuevo proyecto de vida que se convierta en un ejemplo de vida para las nuevas generaciones que con certeza querrán vivir en paz".
Llegaron más cartas
Pero no solo los paramilitares manifestaron sus deseos de ser tenidos en cuenta en los incipientes procesos de paz.
Según el integrante del Congreso, "hemos recibido cartas de presos políticos de los diferentes movimientos guerrilleros de las cárceles", que piden esa participación.
Pero que desmovilizados paramilitares pidan vía en las mesas de diálogo es una iniciativa que el analista Moritz Ackerman ve como inapropiada. Su razón: el proceso apenas comienza. "Creo que el tema del paramilitarismo hay que terminar de resolverlo, porque no lo está. Más adelante, una vez haya cogido cuerpo el proceso con la guerrilla, hay que hacer una ley de punto final que incluya a todas las fuerzas, incluidos los oficiales del Estado que hayan cometidos violaciones de Derechos Humanos".
Para Ackerman la tarea de los exparamilitares debe enfocarse en desmontar las bandas criminales "que no son sino una tercera generación de paramilitares".
Contrario a la posición de Ackerman, el analista del conflicto y director de la Corporación Nuevo Arco Iris, León Valencia, cree que "en un proceso de reconciliación de todo el país deben entrar ellos. Una vez se termine la guerra y estén en las mismas condiciones todos, es importante volver a barajar para que los ‘paras’ entren en una reconciliación". Pero Valencia hace énfasis en que ese proceso "debe darse después de que se haga un proceso con las Farc".
‘Camaradería’ en La Habana
Mientras en Colombia exparas y exguerrilleros piden participación en los diálogos, en La Habana los representantes de Gobierno y Farc trabajan en un ambiente de camaradería.
"Los diálogos y las relaciones no han sido tan apáticos como lo han mostrado los medios de comunicación", comenta un representante del Legislativo.
"En los descansos hay mucha camaradería. No es un ambiente tenso, por el contrario, hay acercamientos entre los guerrilleros y los representantes del Gobierno y normal conversación particularmente de las partes. Tanja e Iván Márquez son los más reservados", dice el funcionario.
Sin embargo, "la mística, el silencio, y la autodisciplina ha sido del Gobierno, mientras las Farc han sido muy folclóricos, muy abiertas y muy alegres. Sobre todo por manifestar varias inquietudes a la comunidad internacional".
A El Laguito, en La Habana, Cuba, llegarán el próximo seis de diciembre las conclusiones de las mesas regionales de paz que recogieron cerca de 1.500 propuestas de 3.000 participantes, lo que constituiría el ejercicio de participación ciudadana que tanto reclaman las víctimas del conflicto.
Principales conclusiones
Ángela Robledo, integrante de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes, asegura que entre las principales conclusiones recogidas en las mesas regionales está "la necesidad de cerrar la enorme brecha entre el sector urbano y rural en Colombia, además, el tema de regularización a la extranjerizacion de la tierra".
La congresista sostiene que los jóvenes participantes pidieron una educación rural pertinente y que las oportunidades se den en sus territorios, "para que no tengan que salir a buscar oportunidades de educación superior fuera de sus regiones. Además, exigieron la desmilitarización de su vida sin pertenecer a ninguno de los grupos armados, legales o ilegales, que tienen presencia en sus zonas".
Nuevamente se escuchó el clamor para que el Eln se sume al ejercicio de la paz "y lo más importante, es que no se levanten de la mesa sin haber pactado el fin del conflicto armado", precisa Robledo.
El congresista Joaquín Camelo, señala que de forma simbólica entregarán las propuestas en el Congreso el 6 de diciembre, con la participación de la Alta Consejería para la Paz, representantes de la ONU y las agencias diplomáticas de Cuba y Noruega.
Entre tanto, los exjefes paramilitares esperan la respuesta a su planteamiento, la cual obtendrán cuando se reactiven las mesas regionales que acordarán su agenda en el 2013 en cada una de las regiones, y que le apuestan a una paz esquiva por más de 50 años en el territorio colombiano. A la mesa de la paz le están saliendo patas.
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