Para el teórico urbano Richard Florida, Medellín tiene una "personalidad extrovertida". Lo que se complementa con el carácter amable de su gente.
Para este doctor en política urbana, profesor de la Universidad de Toronto, y autor de libros como Who´s your city, sobre el perfil de las urbes, Medellín ha logrado que con pequeñas soluciones se logren impactos interesantes.
Habla, en concreto, de las escaleras eléctricas en la Comuna 13, que ayuden a que la gente esté más cerca de su centro comunitario, donde las oportunidades están.
En este punto se detiene para indicar que hay que crear proyectos que permitan conectar a las ciudades, no simplemente desde los distritos de innovación, sino desde todos los lugares.
"La creatividad ya no nace desde arriba, sino que está en cada uno de nosotros". Florida, de ideas contundentes y apasionado cuando habla, acuñó el término "clase creativa", para aludir a una clase emergente de artistas, creativos y bohemios que logran crear una atmósfera que atrae negocios y capital.
Cree que para combatir la violencia en ciertos sectores de una ciudad, es preciso que se abran caminos para los jóvenes. "No todos tienen que elegir andar de corbata o tener un trabajo de oficina, hay que lograr que los jóvenes se comprometan con algo que los enganche y hacer que la creatividad sea significativa".
Su preocupación es legítima, cuando dice que "el futuro de nuestro planeta está en el futuro de nuestras ciudades". Por ello, es un convencido de que las soluciones nacen de cada comunidad.
Afirma que en Estados Unidos y en general, en América del norte, se cometió el error de planear las ciudades desde arriba, y a pesar que se diseñaron grandes y hermosos centros urbanos, "no se ha explotado el potencial y energía de las personas".
En contraste, cree que en esta ciudad, el espíritu humano se revela por doquier y ese es un activo que permite construir soluciones entre todos. Como ha dicho: "la creatividad humana es el recurso económico definitivo".
Concuerda con Brent Toderian, con quien compartió un encuentro con medios de comunicación, en que hay que hacer las ciudades más aptas para caminar o andar en bicicleta; e incentivar la calidad de vida y no el consumismo.
Una ciudad en la que todos sus ciudadanos tengan un carro y una casa con aire acondicionado, y luego pierden tiempo para llegar a sus lugares de trabajo, "no cuadra" en los modelos de metrópoli ideal, creen estos teóricos.
"No podemos perder tiempo. Crece la tasa de urbanización como nunca". La clave para desarrollar ciudades no es copiar modelos, sino en desarrollar las propias soluciones. Y para ello, nada mejor que explotar el talento de su gente.
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