El líder cubano Fidel Castro y la televisión estatal salieron el lunes al paso de las críticas internacionales y de la oposición por las supuestas torturas y la muerte del prisionero de conciencia Orlando Zapata Tamayo, fallecido la semana pasada al cabo de una huelga de hambre de 85 días.
"En nuestro país jamás se torturó a nadie, jamás se ordenó el asesinato de un adversario, jamás se mintió al pueblo", aseguró el ex presidente Castro, primer secretario del gobernante Partido Comunista, en un nuevo artículo de sus Reflexiones, emitido por medios oficiales.
A su vez, la televisión estatal -no hay otra en la isla- emitió un extenso reportaje en el que se acusa a "la contrarrevolución" de una "campaña de difamación" para ocultar las atenciones médicas que recibió Zapata antes de morir el martes de la semana pasada.
El informe, segundo de un medio oficial sobre el caso tras un artículo del diario Granma el sábado, insiste en que el disidente, que estaba preso desde 2003, fue atendido "con todo el rigor médico".
Granma acusó a Zapata de delincuente común que "adoptó un perfil político cuando ya su biografía penal era extensa".
Imágenes de la TV
La televisión estatal incluyó entrevistas con médicos y especialistas que detallaron las reacciones del cuerpo humano tras un ayuno prolongado y el proceso que lleva a un desenlace fatal.
También publicó imágenes en las que aparece la madre del fallecido, Reyna Tamayo, videos de sus visitas a hospitales donde estuvo internado, entrevistas que tuvo con autoridades policiales y apartes de conversaciones telefónicas intervenidas con opositores cubanos de Miami (E.U.) y de la disidencia interna.
Uno de los médicos dijo que el preso fue tratado "con productos de última generación en relación con la alimentación".
La médica María Esther Hernández dijo que se explicó a Zapata "en todo momento las consecuencias de su decisión y el peligro que estaba provocando esto para su vida, y él se mantuvo en todo momento en su posición".
La televisión señaló que "exceptuando sus familiares y los médicos, ninguno de sus afines en las actividades políticas contra el Gobierno de Cuba fue a los hospitales a pedirle que abandonara la huelga, nadie le dijo que desistiera porque peligraba su vida".