L0 más normal del mundo, y del Tour de Francia, es que el líder Chris Froome luzca una gorra de marinero al final de la bella etapa contrarreloj de hoy.
No es porque el británico nacido en Kenia estuviera de paseo en uno de los sitios más turísticos de Francia, sino porque tiene todos los atributos y argumentos para ganar el tramo de 33 kilómetros frente al reloj y mantener la camiseta amarilla. Además de lucir la prenda que distingue a Mont Saint Michel, donde terminará el recorrido sobre terreno llano.
Froome (Sky) puede aprovechar la oportunidad ante sus rivales, especialmente frente a Alejandro Valverde y los holandeses Bauke Mollema y Laurens Ten Dam y el checo Roman Kreuziger, quienes copan la general. Los antecedentes de este año y de la Grand Bouclé, hablan de una superioridad manifiesta del keniano Froome, quien el año pasado sólo pudo ser derrotado por el campeón Bradley Wiggins (Sky).
El trazado llano favorece al portador de la camiseta amarilla, pero la lucha será por el podio del tramo once de este Tour que tendrá a Nairo Quintana (Movistar) dentro de la movida de hoy en procura de sostener la séptima casilla de la general.
El nacido en Cómbita, a 2.02 de Froome, se ha visto fuerte en carrera, sobre todo en la escalada de los Pirineos y este año tiene una buena demostración ante el reloj en la Vuelta al País Vasco, cuando le ganó a Richie Porte la crono final en vía combinada. Por esta razón, el triunfo ayer del alemán Marcel Kittel (Argos), por segunda vez en este Tour y primer líder, fue la mejor de las antesalas ante de asumir el reto frente al reloj n
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