De nuevo los hinchas abandonaron el Palogrande meneando la cabeza y reprochando lo visto en la cancha. El Once Caldas estaba en deuda con la afición y por ahora las cosas siguen iguales. El equipo empató 1-1 con Quindío y dejó escapar otros dos puntos en condición de local. 15 días atrás se habían ido otros dos ante Santa Fe.
Los dirigidos por Jorge Luis Bernal salieron ayer con la firme idea de lograr los tres puntos. Los dos empates al hilo que traían -ante Huila allá y Santa Fe acá- obligaban al equipo a sumar de a tres. Pero se toparon con un Quindío bien parado en la cancha. Toque rápido y práctico, de ese que desespera al rival, fue el que se vio en la fría tarde manizaleña.
Los primeros 20 minutos del partido fueron para el olvido. Ni el local ni la visita arriesgó adelante. Una llegada de Sebastián Hernández al minuto 18, que por poco termina adentro, fue lo único rescatable. ¿Y el Once? Por ningún lado, pasivo y sin sorpresa. Pero Bernal le había apostado a un equipo ofensivo. Ciciliano, Carreño, Fano y Velásquez estaban llamados a generar el fútbol y el volumen de ataque. Al minuto 26 entendieron que si se juntaban generaban peligro en el área rival. Carreño envió un buen centro al área, Fano se levantó impecable y se la dejó servida a Ciciliano, quien con buen control del balón, definió a la salida de Otero. Gol y a celebrar. Fiesta en la tribuna y ahora sí aparecía ese Once que la afición exigía.
Despertó Quindío
La charla técnica caló más en la visita. Quindío salió más ordenado y comenzó la arremetida. Mientras tanto, en el Once sólo destacaron los disparos de media distancia de Iván Velásquez y Luis Núñez, que comenzaron a convertir en figura al portero Otero.
Pero, como dicen por ahí, no siempre por tener más delanteros se tiene mayor opción de ganar los partidos. Si no hay quien surta los balones desde el medio, difícilmente se creará peligro. Y ayer, Ciciliano se perdió en el segundo tiempo. Bueno, intentó con los tiros libres pero se encontró siempre con Otero.
La visita siguió intentando y al minuto 17 llegó la igualdad. Danny Santoya aprovechó un error en la zaga blanca y a la salida de Landázuri puso el 1-1. El resto del partido, los de Bernal intentaron, más con ganas que con buen fútbol, anotar la ventaja. Porque Quindío no fue efectivo en dos opciones claras de gol, la historia no fue peor. Ni el ingreso de Mena ni de Sebastián Ramírez solucionó la falta de ideas del medio hacia adelante. La media distancia se convirtió en la única forma de crear peligro en el arco quindiano pero el arquero conjuró todas las acciones.
Se fueron otros dos puntos del Palogrande y como para ampliar esa deuda que el equipo tiene, de los últimos nueve puntos apenas han sumado tres, producto de los tres empates en línea. Porque los de atrás no sumaron, el equipo se mantiene en el quinto puesto. El domingo se viene el clásico con el Pereira, ante una cita con Copa Colombia ante Chicó.
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