Solo si el gobierno se “da la pela” y modifica la estructura tributaria que recae sobre el costo de los combustibles, sería posible pensar en Colombia en un menor valor de estos productos para el bolsillo de los consumidores.
Así lo consideran los expertos consultados por El Colombiano, Julián Cardona Castro, presidente nacional de Aciem; y Juan Fernando Prieto, presidente de Aes, gremio que reúne a distribuidores minoristas de combustibles.
Sin embargo, las visiones de ambos expertos difieren en sus perspectivas en torno a esta posibilidad.
Si bien el presidente del gremio de los ingenieros, no plantea ese hecho como una posibilidad real y que se pueda dar en el corto plazo, sí señala que no es del todo utópico pensar en una vía como esa.
Explica que sería posible establecer un impuesto en valor constante y no variable, que se aplicara sobre el valor de los combustibles líquidos.
Además, agrega, la fijación de ese impuesto debe corresponde a unos criterios técnicos, y no como ha sucedido que “Colombia a través de su historia, los precios de los combustibles se han manejado un poco al vaivén político”.
Y plantea que la porción de impuestos que puede dejar de recibir la Nación con una reestructuración así, se compensan con un mayor dinamismo de la economía, que generaría recursos vía más consumo, por ejemplo.
Pero para el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio (AES) Juan Fernando Prieto, una reducción de impuestos, que representan una cuarta parte de la estructura del precio final, sí es utópico.
“Eso significaría menos ingresos para Ecopetrol (...) Tampoco es factible que el gobierno decida recortar una fuente de recursos como los impuestos al combustible, cuando ha anunciado una serie de proyectos de inversión (...) No es política del Estado vender combustible barato”.
No importa la visión optimista o menos positiva, solo una estructura tributaria clara puede incidir en el precio del combustible que usamos.