No quisiéramos pensar que fue un acto de desafío y de demostración de insensatez, sino una coincidencia que ojalá no se vuelva a repetir. A una semana de la llegada de Navidad, dos hechos nos obligan a hacer un llamado a la ciudadanía para que colabore con las autoridades: la quema de pólvora y el uso de globos con mecha.
El pasado viernes, pocas horas después de que una caravana gigante recorriera las principales calles de Medellín y el Área Metropolitana, en el inicio de la campaña Diles no a los globos , de la que hace parte este diario, una nube de éstos se posó sobre el cielo de Envigado. No obstante la rápida reacción de las autoridades de ese municipio, la indolencia prevaleció sobre la prevención y la solidaridad.
El segundo hecho, no menos grave y preocupante, porque está ligado a la participación de los equipos de fútbol paisa en las finales del torneo colombiano, tiene que ver con la gran cantidad de pólvora que ya se siente detonar en el Valle de Aburrá, pese a que está prohibida y a los estragos que dejó el año pasado en todo el país: Cuatro muertos y 364 lesionados, de los cuales 185 fueron menores de edad y 179 adultos, según cifras del Ministerio de Protección. Del dato nacional, Antioquia aportó 149 quemados con pólvora, Medellín 75 (un menor de edad muerto), y el Área, 43. Del total de afectados, 64 en Antioquia, 41 en Medellín y 17 en los demás municipios del Valle de Aburrá, eran menores de 14 años.
Los alcaldes y las autoridades del Área Metropolitana, el Departamento, y todo el país, tendrán una tarea difícil y desgastante si no hay colaboración oportuna y decidida de todos las personas de buena voluntad para evitar los abusos que ya se evidencian con los globos y la pólvora. La Policía no puede sola. No estamos exentos de sufrir en carne propia la irresponsabilidad de otros y es por eso por lo que debemos ser respetuosos y solidarios.
Hay que romper con aquello de que "si no es conmigo, no me importa", porque no hay nada más incierto que la ruta de un globo o el estallido de un volador, un taco o una papeleta, por mencionar sólo algunos de esos artefactos hechos con pólvora.
El compromiso de cero quemados y cero globos debe partir de la conciencia individual para poder lograr el bienestar colectivo que necesitamos para mitigar las noticias tristes por tantos homicidios, violaciones y maltrato contra los niños, así como la angustia por el desempleo y la pobreza.
La alegría no puede ser una opción, sino un derecho. Estamos a tiempo de evitar que la celebración de la Navidad se convierta en dolor. Diles no a los globos y a la pólvora.
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