La supuesta iniciativa de miembros de las bandas criminales "la Oficina de Envigado" y "los Urabeños" para buscar diálogos con el Gobierno, a cambio de beneficios judiciales, es desconocida por autoridades y personas cercanas a procesos de mediación en Medellín.
Ni la Policía, ni la Alcaldía de Medellín, tampoco la Iglesia ni el Gobierno tienen información ni han tenido contactos con integrantes de las bandas criminales, que en los últimos cuatro años mantienen una disputa por control territorial de zonas en Medellín y las rentas criminales de la extorsión, el sicariato y el microtráfico de narcóticos.
Según Jaime Jaramillo Panesso, quien ha sido comisionado en procesos de reconciliación, aseguró que "desde hace meses ronda ese rumor, pero lo cierto es que nunca ha habido claridad porque, hasta ahora, el Gobierno ha reiterado que las organizaciones criminales solo tiene el camino del sometimiento a la justicia, pues como no son actores del conflicto, no pueden beneficiarse de un proceso de desmovilización".
Mientras la Policía informó que desconoce pactos entre grupos ilegales como el denominado "pacto del fúsil", desde la vicealcaldía de Gobernabilidad respondieron que desconocen propuestas de las bandas y que “el único camino es el sometimiento a la justicia”
El ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, descartó la posibilidad de adelantar una negociación con estos grupos y precisó que "hasta el momento no han recibido una comunicación sobre disposición de negociar su entrega".
Entre tanto, desde la Arquidiócesis de Medellín se desmintió que el arzobispo de la ciudad, Ricardo Tobón, estuviera en "acercamientos" con miembros de las citadas bandas criminales para facilitar una negociación con el Estado.
No obstante, varios activistas sociales y el propio arzobispo manifestaron que sería positivo una iniciativa para que estos grupos ilegales abandonaran la criminalidad, se reintegraran a la sociedad y se reconciliaran con sus víctimas. Esta versión fue conocida el domingo pasado, a través de Noticias Uno.
Según dicho noticiero, al entrevistar a los que ellos denominaron “jefes de la oficina y los Urabeños”, estas estructuras de la criminalidad hicieron un pacto de no agresión y “buscan desarticular la estructura criminal que ha durado por décadas”, a través de un sometimiento a la justicia.