Un grupo especial de la Policía y la Fiscalía investigará la masacre de ocho personas, ocurrida en la noche del viernes en el sector de La María, en el sur de Cali.
El general Jorge Nieto, director de seguridad ciudadana de la Policía Nacional, explicó que el grupo estará conformado por agentes de ambas instituciones y liderado por un equipo que llegó desde Bogotá.
El oficial indicó que la masacre se presentó durante una reunión entre miembros de organizaciones narcotraficantes que en un momento estuvieron aliadas a "los Urabeños", antes de la captura de su líder, Héctor Urdinola, alias "Chicho".
Entre los ocho muertos encontrados maniatados, boca abajo y con disparos en la cabeza en una casa campestre del sur de la ciudad, hay cuatro personas con antecedentes judiciales, algunas de las cuales habían salido de la cácel hace una semana.
Uno de ellos es Julio Cesar Paz Varela, alias J1, quien era señalado por las autoridades como jefe de una 'oficina de cobro', que trabajó para 'los Urabeños' y quien estuvo en prisión hasta hace poco por el delito de extorsión.
Un abogado -quien había sido defensor de Gilberto Rodríguez Orejuela- lo había denunciado por ese delito, ya que este hombre lo había amenazado para quitarle unas propiedades.
Sobre la vivienda en la que se cometió la masacre, el general Nieto explicó que hasta el momento no se conoce si hace parte de algún proceso de extinción de dominio, pero sí se sabe que perteneció a Yilmar Valencia, alias Piraña, quien en 2008 fue extraditado a Estados Unidos.
Alias Piraña hacía parte del Clan Valencia, una organización narcotraficante conformada por cuatro hermanos con nexos con el cartel mexicano de los Beltrán Leyva. Hoy todos están en manos de las autoridades estadounidenses.
Entre tanto, el alcalde (e) de Cali, Javier Pachón, lamentó el hecho pero recordó la disminución de homicidios que se presenta desde noviembre pasado y dijo que "tenemos que resaltar primero los buenos resultados que se han dado este año en la ciudad".
"Se han desmantelado 49 bandas criminales y capturado a los principales cabecillas de estas organizaciones. Eso ha generado unos espacios que bandas emergentes están tratando de copar. Los lamentables hechos del viernes responden a movimientos de ajustes al interior de una misma organización criminal", dijo Pachón.
Añadió que el esfuerzo de las autoridades se concentra ahora en evitar asesinatos o masacres similares como retaliación a lo ocurrido. "Estamos adelantando los trabajos para obtener los resultados operacionales lo más pronto posible y reforzar la seguridad en la ciudad y ese sector", agregó.
Pachón explicó que la información que se ha recogido es precisa, pues "no es un enfrentamiento entre bandas, no son dos grupos, sino un reajuste entre la misma organización" y afirmó que este tipo de estructuras criminales no son exclusivas de Cali, sino que "tienen presencia en toda la región".
Además, resaltó que, pese a los hechos criminales ocurridos esta semana en la ciudad, donde también fueron asesinadas el jueves tres personas en el sur, una de ellas en un centro comercial, "seguimos teniendo un índice favorable. Esta semana, aún con los hechos lamentables del viernes, hemos tenido 29 homicidios y el año pasado teníamos para la misma fecha 48".
A pesar de estas declaraciones, la Defensoría del Pueblo exigió a las autoridades que tomen medidas urgentes para contrarrestar "estas escaladas cíclicas de homicidios, amenazas y afectaciones a la seguridad ciudadana en Cali y el Valle".
Por este tipo de violencia, la entidad emitió el pasado 4 de febrero una alerta sobre la vulnerabilidad de por lo menos 30 barrios de Cali, en los que hay "presencia de estructuras criminales, particularmente de los grupos armados posdemovilizados como 'los Urabeños' y 'los Rastrojos', que se disputan el control de ciertos sectores mediante actividades como el microtráfico, la extorsión y el reclutamiento de menores".
Más detalles de la masacre
La masacre de ocho personas se presentó en la noche del viernes en una casa campestre del sector de La María, en el sur de la ciudad. En este lugar, las autoridades encontraron a los ocho hombres maniatados, boca abajo, y con disparos de armas largas en sus cabezas.
Según las primeras investigaciones de las autoridades, el múltiple homicidio se presentó durante una reunión de varios narcos que en un momento estuvieron al servicio de 'los Urabeños', y que actualmente tenían disputas internas.
Los agentes del CTI de la Fiscalía encontraron en el lugar diez fusiles, una subametralladora, tres vehículos, una motocicleta y chalecos con distintivos de la Dijín que estaban escondidos en bolsas al lado de las armas.
Entre los fallecidos se identificó a Juan Paul y Cristian Alberto González Morales, Porfirio Lasso Meza, Juan David Yunda Muñoz y Andrey Felipe Arias Arciniegas. "Lo que presumimos es que se traten de integrantes de la banda de J1", aseguró uno de los investigadores.
El comandante de la Policía de Cali, general Hoover Penilla, dijo que "la persona que cuida la casa asegura que en la tarde fueron llegando varios carros con aproximadamente quince personas que se reunieron en un sitio del predio. Todos se conocían. De un momento a otro los grupos se dividen y unos someten a otros y los amarran de las manos para luego ultimarlos".
"Todo tiende a indicar que se trata de una vendetta de personas dedicadas al narcotráfico, pero es algo preliminar", señaló el general Penilla.
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