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Si antes me había parecido estúpido el comercial del Ejército que desde un helicóptero tiraba balones a la selva y terminaba con un: "Guerrillero, desmovilícese, vuelva a jugar", porque me parecía una manera folclórica de enfrentar un conflicto social tan grave como el que padecemos en Colombia, quedé más que aterrado esta semana cuando le presté más atención a las cuñas radiales del Ministerio de Defensa que dicen, después de un mensaje superfluo: "Guerrillera, vuelve a ser mujer".
Ahora resulta que ser mujer se limita a perfumarse, a echarse pestañina, a cepillarse el cabello, a aplicarse una crema rejuvenecedora en la tranquilidad del hogar, cocinar, esperar al marido o venir a esta tierra a parir hijos. Ahora resulta que las pobres mujeres que se fueron para la guerra deben volver a ser mujeres, mujeres estereotipadas como si todas pertenecieran o quisieran hacer lo que hacen las niñas "bien" de nuestro país. Claro, como aquí no hay pobres, como aquí a todas las mujeres les alcanza para los tratamientos contra las arrugas, se pueden alimentar bien para no engordarse y siempre les queda plata para el salmón y los tomaticos cherry, como todas desde chiquitas jugaron mamacita con Barbies.
Un país como Colombia no está para botar la plata en semejantes cuñas radiales. Ese dinero debería invertirse en construir procesos sociales que en realidad reivindiquen los derechos de las mujeres para que sean conscientes de lo que ellas son y lo que ellas valen.
No más políticas estúpidas, hay que entender de una vez por todas qué hay detrás de estas mujeres, qué hay detrás de tanta desigualdad. ¿Hay otra vida? Pues señores del Estado muéstrenles, por favor, esas otras opciones a las guerrilleras para que puedan tomar sus propias decisiones. ¿Podrán trabajar dónde? ¿En un banco? ¿O tendrán que conformarse con ser sirvientas en una empresa que contrata por temporadas o en una oficina de empresarios "altruistas" que las acogen, si mucho, por un mínimo y a término definido creyendo que así les hacen un favor?
Alguna vez leí en un reporte de investigación el testimonio de una mujer desplazada que decía: "Tuve que pasar por todo el drama de la guerra para darme cuenta de que como mujer tenía derechos y podía ser un actor político".
Las mujeres de este país se han caracterizado por construir, por sobresalir en una cultura tan hostil y machista como la nuestra. Una mujer no sólo quiere echarse cremitas o cocinarle al marido, una mujer quiere que de una vez por todas le reconozcan políticamente sus derechos.
@d_aristizabal