El voleibol de Colombia pega fuerte en el mundo por cuenta de los antioqueños.
En Argentina, Alexánder Moreno, nacido en Carepa, se alzó con el título de la liga profesional con el Club UPCN Voley y obtuvo la distinción como jugador más valioso de la serie final.
En Grecia, el medellinense Johan Estrada fue doble campeón con el Olympiakos en la copa y la liga de ese país, y alista su regreso al seleccionado nacional.
Y en Turquía, Líberman Agámez, natural de Apartado, fue subcampeón y, según Moreno, su elenco, Arkas Spor Izmir, es el nuevo rey del torneo de clubes, una especie de Copa Uefa. Este deportista de 26 años tiene, además, la marca mundial de puntos con los 103 que consiguió el año pasado con el Panathinaikos.
En un país donde el fútbol acapara la atención y al voleibol le paran pocas bolas, como advirtió Álex, estos hombres buscaron, allende de las fronteras, oportunidades de vivir de esta actividad. Y a fe que lo consiguieron, con todo y honores.
La hazaña más reciente corrió por cuenta de Moreno, que a los 30 años de edad (los cumplió el 23 de abril) pudo saborear la victoria por la que dejó el alma en las coliseos argentinos. "Es la recompensa a tanto tiempo de trabajo, son muchos años de liga profesional en Argentina y en Europa", dijo ayer en diálogo con EL COLOMBIANO.
Sobre la obtención del trofeo como jugador más valioso, señaló que como extranjero siempre hay que marcar la diferencia y máxime en un grupo armado para ser el primero, lo que genera presión permanente. "Esto nos permite mantener abierto el mercado para los colombianos. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse".
Aunque apenas hoy se reunirá con su representante y los dirigentes del club, Moreno solo hablaba ayer de tener tranquilidad y unos días de descanso en Colombia con sus familiares, luego de cumplir compromisos publicitarios.
Tiene otras ofertas en Argentina y de Europa, pero está convencido de que el campeonato gaucho es muy fuerte y competitivo tanto en los profesional como en lo económico. Advierte que irse a Europa no es la gran decisión, porque allá no siempre cumplen lo que les ofrecen. "Prefiero la estabilidad emocional para no llevarme una decepción".
En las cuentas que hace, el popular Álex espera jugar dos años más en el alto rendimiento para luego dedicarse a vivir de las cosechas y pensar luego en hacer una carrera universitaria para "complementarme y crecer como persona". Lo atraen la Administración de Empresas, la Comunicación Social y la Sicología. "Pero aún tengo tiempo para pensar, por ahora quiero enfocarme en mi carrera deportiva y asegurar el futuro de mi familia".
No descarta volver a ponerse la camiseta de Antioquia para defender sus colores como símbolo de gratitud en una entidad que lo acogió desde los 17 años.
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