Los presidentes del Estado de Israel, Shimón Peres, y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, subrayaron este martes en una histórica reunión en Jerusalén su apuesta z entre sus pueblos.
La de hoy no era la primera reunión entre ambos líderes, pero sí la primera en la residencia oficial de Peres, que nunca tuvo idéntico gesto con el predecesor de Abás, Yaser Arafat, pese a que ambos recibieron juntos el Premio Nobel de la Paz en 1994.
Una bandera israelí y otra palestina decoraban la entrada de la residencia del presidente israelí, en un simbólico detalle ausente en las frecuentes entrevistas entre Abás y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, para tratar de avanzar en las negociaciones de paz lanzadas en la cumbre de Annapolis (E.U.), del pasado noviembre.
El aparente estancamiento de este proceso, cuyo objetivo es lograr un acuerdo de paz antes de que acabe el año y, a resultas de ello, la consecución del Estado Palestino, está en el origen de la entrevista de este martes.
"Tengo la sensación de que ambas partes consideran que no hay alternativa a la paz", dijo Peres a la prensa antes del encuentro, que fue ensombrecido poco después de iniciarse por el ataque perpetrado en la ciudad con una excavadora por un palestino y que dejó dos israelíes heridos de pronóstico reservado y su autor abatido a tiros.
Al respecto, Peres advirtió que Israel "no aceptará ataques terroristas como rutina", en tanto que Abás condenó "con firmeza" ese acto y deseó a las víctimas "una rápida recuperación", según un comunicado difundido por la Oficina del Presidente del Estado de Israel.
"Pese al paso del tiempo, las dificultades y los obstáculos, hay un final a este largo conflicto", manifestó el presidente de la ANP.
En este sentido, Peres subrayó su "plena confianza" en que "se resuelvan los problemas" que estancan el actual diálogo político, entre los que citó las fronteras, la cuestión de Jerusalén y los asentamientos judíos.
El despliegue en Cisjordania
En efecto, una de las principales trabas, si no la mayor, es la continuada expansión de las colonias judías en Cisjordania, algo expresamente prohibido por la Hoja de Ruta, el plan de paz que guía el diálogo lanzado en Annapolis.
Otro de los participantes en el encuentro, el negociador jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, afirmó antes de la cita que pediría a Peres que intervenga para detener la ampliación de los asentamientos porque "están minando las conversaciones de paz".
El despliegue de las fuerzas de seguridad de la ANP en varias ciudades cisjordanas para imponer el orden también figura entre los problemas que afronta el proceso de diálogo.
Israel argumenta que, sin la presencia del Ejército israelí, los cuerpos de seguridad palestinos serían incapaces de hacerse valer en Cisjordania y, por ello, las tropas hebreas deben permanecer en este territorio, ocupado desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
Amenazas de Al Fatah
Desde que comenzó el proceso de Annapolis, Israel ha permitido el despliegue durante el día de la Policía palestina en varias ciudades cisjordanas, pero de noche ésta tiene que retirarse para que el Ejército israelí lleve a cabo sus habituales redadas y detenciones.
A juicio de los observadores, esta situación desprestigia a Abás ante los suyos y le pinta como una marioneta de Israel, algo que ha llevado al presidente palestino a amenazar, hoy mismo, en una reunión previa con militantes de su movimiento Al Fatah, con retirar sus cuerpos de seguridad de la ciudad cisjordana de Naplusa si continúan las constantes redadas.
En ese encuentro, celebrado en Ramala, Abás dijo que estas acciones del Ejército israelí "destruyen el proceso de paz" y que así lo planteará en la próxima reunión entre los respectivos equipos negociadores, indicó Najat Abu Baker, diputado de Al-Fatah.
Hace dos semanas, Israel lanzó una operación masiva de cierre de organizaciones caritativas en Cisjordania -principalmente en Naplusa, donde fueron clausuradas decenas- con el argumento de que estaban vinculadas al movimiento islámico Hamas, rival de Al Fatah y que controla la franja de Gaza desde junio de 2007.