Cuando uno tiene una empresa debe tener la meta de que ella genere más valor, eso es hacer planeación estratégica financiera, muy distinto a hacer solo una matriz Dofa (Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas).
Los números son los que dan la respuesta y nada más, para ello debo tener indicadores básicos que me ayuden en ese propósito. El gran problema es que los empresarios no saben esas cosas y más grave aún, nadie se los enseña.
Llevo 20 años haciendo esto y muchos de los empresarios que asesoro no saben cuánto vale realmente su empresa, creen que hacer planeación estratégica es ir a hablar y pasarla rico en algún comité, también se equivocan cuando creen que los indicadores a utilizar son los contables (razón corriente, razón de endeudamiento).
No, hay que ir más allá, se deben medir los indicadores de comportamiento de la empresa, si falló o no la máquina o el horno. Son indicadores de gestión para generar valor, los cuales están encaminados a aumentar la utilidad operativa y a disminuir los activos involucrados (capital de trabajo, inventarios, equipos obsoletos, cartera). Hay gerentes que se llenan la boca diciendo que tienen buen volumen de inventario, sin importar el área que ocupen, incluso se quedan guardando basura y no saben que eso es dinero que tienen estancado. Una empresa que asesoré recientemente tenía 2.000 millones de pesos en inventario, pero la meta que tracé con la gerencia era bajarla a 400 millones de pesos.
Ahí el culpable de todo fue el desorden, porque ese aumento de inventario genera iliquidez, aún creyendo la gerencia que ganaba dinero con los descuentos obtenidos en la materia prima. Lo negativo es que este desorden se genera por falta de control de los tiempos. No sabían ni cuánto dinero tenían en inventario. Paré dos meses la empresa con 1.600 empleados, la mayoría salió a vacaciones, pero los que se quedaron, separaron la materia prima (cuero) que tenían en inventario. Había unos que estaban envejecidos pero se pintaron de charol y se vendieron. Entró plata y por otro lado se recuperó cartera. A los dos meses había dinero líquido, se reestructuraron los pasivos y la empresa salió a flote. Les costó sangre pero aprendieron a no manejar inventarios.
La planeación estratégica por hacer el Dofa no sirve para nada, la gente se equivoca y tiene que hacerlo en ambos frentes, sabiendo su valor. Cuando uno asesora a empresas que tienen el agua hasta la cabeza y quieren salir a flote, también hay que contemplar si es mejor cerrarlas que seguir, porque así pierden menos plata. Por errores es que terminan hundiéndose, queriendo salir de cuidados intensivos.
Muchos empresarios solo se dan cuenta de que algo está fallando cuando no tienen flujo de caja, porque no saben cómo se maneja el negocio, todos le dan la espalda empezando por el sistema financiero. Esto se ve más en el ámbito de los emprendedores