"¡Esto es una locura!", gritó Pablo Tabárez al ver las tribunas del estadio Mineirao. "Parece el Metropolitano de Barranquilla".
No era para menos. El estadio de Belo Horizonte se tiñó de amarillo este sábado, pero no del amarillo de Brasil sino del de Colombia, que debutaba en la Copa Mundial ante Grecia. Por eso no extrañó la comparación con el estadio de la Selección de Colombia para sus partidos como local "por su ambiente y el calor de la gente", según Tabárez, quien es de Pereira y viajó al país carioca especialmente para la Copa.
El escenario, que tiene capacidad para 62.000 espectadores, se llenó de hinchas que entonaron a viva voz el Himno de Colombia e incluso siguieron cuando terminó la versión reducida que sonó por los altoparlantes durante la presentación de los equipos.
"Parece que estuviéramos jugando como en Barranquilla", coincidió el enlace de la selección James Rodríguez, luego de marcar un gol en el triunfo 3-0. "A mí la verdad me pone esto feliz y estar aquí es un sueño hecho realidad".
Ante el desconcierto de empleados y voluntarios, en el estadio se habló español casi exclusivamente.
"Esto es impresionante", dijo Darley Montoya, otro pereirano que dice que viajó a Brasil "hace dos meses pura y exclusivamente para ver a Colombia".
"Trabajo en lo que encuentro", afirmó. "Cuando uno ve algo como esto le estalla el corazón de patriotismo".
El ambiente colombiano fue tal que cada vez que un jugador pedía apoyo a las tribunas brotaba un solo grito desde todos los sectores. El estadio entero gritó "íOspina! íOspina!" luego de un par de buenas atajadas del arquero David Ospina.
La invasión cafetera se empezó a gestar la noche del viernes, en que los hoteles repentinamente se llenaron de gente que hablaba español con acento colombiano y lucían camisetas amarillas y pelucas parecidas a la famosa cabellera de Carlos "Pibe" Valderrama.
"No hemos vuelto a tener a alguien como él", comentó un colombiano que lucía una peluca del "Pibe" y que se identificó solo como Pedro en el hotel Ibis del centro de la ciudad. "Pero sí tenemos un equipo que nos puede dar grandes satisfacciones con el profesor Pekerman".
Los colombianos le tienen mucha fe al conjunto dirigido por el argentino José Pekerman y piensan que es capaz de superar los sinsabores del pasado.
"La tenemos que ganar", dijo Tabárez.
Colombia se clasificó al Mundial por primera vez en 16 años y arrastra una historia de frustraciones en sus cuatro presentaciones en la cita máxima del fútbol. Llegó a los octavos de final en 1990, con lo que los colombianos describen como la "generación dorada" encabezada por Valderrama, pero no pasó de la primera ronda en sus otras tras copas.