Los comicios presidenciales y locales finalizaron ayer en Irán tras quince horas de votaciones, en las que las autoridades aseguraron que se produjo una participación masiva que consideran un claro apoyo a la legitimidad del régimen islámico.
En la larga jornada de votación, según distintas web informativas y medios locales consultados por Efe, que dan datos propios, ningún candidato habría obtenido una mayoría por encima del 50 por ciento, por lo que sería preciso realizar una segunda vuelta, que tendría lugar el 21 de junio.
Los cuatro candidatos ultraconservadores principalistas, Said Jalili, Ali Akbar Velayati, Mohamad Bagher Qalibaf y Mohsen Rezaei están muy igualados en las proyecciones y su situación parece depender de las zonas donde se han realizado las consultas, mientras que el tecnócrata Mohamad Gharazi no aparece.
Si Rohani, patrocinado por los expresidentes reformistas Akbar Hashemi Rafsanyani y Mohamed Jatami, pasa a la segunda vuelta, será un triunfo del poder de convocatoria de este sector, al haber atraído a los desencantados de las presidenciales de 2009, en las que hubo denuncias de fraude y protestas sangrientamente reprimidas.
En Teherán, la seguridad se extremó en el interior y los aledaños de los centros electorales, con la presencia numerosos agentes de policía y milicianos de los Voluntarios Islámicos.
Se espera que el Ministerio del Interior ofrezca hoy los datos finales provisionales de las presidenciales antes de 24 horas y, posteriormente, tendrán que ser ratificados por el Consejo de Guardianes, el órgano religioso que supervisa la vida política del sistema teocrático de la República Islámica.
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