Qué sería de las canciones si Jorge Drexler hubiera seguido su carrera de medicina? ¿Si después de graduarse se hubiera acomodado en un consultorio a despachar fórmulas y pacientes, dando partes de enfermedad, síntomas y exámenes?
Aquí una respuesta: seguramente la renovación de la canción latinoamericana se hubiera demorado un poco más. Esa exploración de los ritmos uruguayos, de tanta fuerza y pasión, mezclados con el mundo mismo no sería, por ahora, una realidad.
Esa unión de la belleza armónica y la belleza literaria en melodías, se palpará desde hoy con la llegada de Drexler al país, preparándose para su primer concierto después del que ofreció en la calle San Juan, al lado de la Alpujarra, durante el Congreso Iberoamericano de Cultura.
La gira Mundo Abisal, que suena con la placa Amar la trama, un disco en el que se embarcó el uruguayo a la vieja usanza, grabando de un solo tirón con toda la banda y acompañado por un tímido público, estará el jueves 23 en el Teatro Metropolitano.
A Pala , cantaautor local, que le abrirá el concierto a Drexler con un formato minimalista de unas cuantas canciones, cuando se le pregunta por el uruguayo, de una vez va diciendo sin asomo de rubor, que no puede ser muy objetivo.
"Jorge es el último juglar de la tradición de la canción de América Latina, nadie ha sintetizado la música de su país con las tendencias modernas de la canción".
Y tiene diez razones para afirmarlo, diez álbumes de Drexler, y sus 20 años remando como cancionista.
Pala , que en algunas de sus obras amalgama el lenguaje literario con el de la calle, el de la calle de verdad, cree que una de las virtudes de Jorge es que "es de los pocos artistas que están haciendo música con una intención idiomática respetuosa. Para mí, aunque son muy diferentes, él, y Joaquín Sabina , son los mejores".
Alejo García, también cantaautor local, coincide en que su homónimo uruguayo es la muestra de la renovación "le dio un giro a ese matiz político que tuvo la canción".
Y para Alejo, Drexler es más, es la punta de lanza de un movimiento que viene creciendo con más fuerza en el continente, el de los compositores, de esos que son guitarra y voz, donde la hermosura del arte recae, obligatoriamente, sobre las letras bien armadas.
"Quien no lo sepa ya lo aprenderá deprisa, la vida no para, no espera, no avisa", canta el mismo Drexler, pero esta vez avisa que estará de concierto en Medellín un cantante que es la canción misma.
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