Dos razones tiene el antioqueño Juan Diego Tello Palacios para contar que es un hombre feliz y un profesional realizado. El primero tiene que ver con su hija Lelani María y el segundo con la corona que consiguió recientemente en el baloncesto profesional de Francia.
Sacándole el máximo provecho a sus 2,05 metros de estatura y al paso por Estados Unidos y España, este poste que llegó al deporte de la pelota naranja gracias a la "publicidad" que le hizo su madre Severa, quien siempre hablaba de su hijo, el alto, le abrió más puertas en Europa.
"Hicimos historia al sorprender ganándole la final al Estrasburgo, cuando luchábamos para no descender", cuenta Tello de lo que fue el título con el Nanterre, un equipo de mitad de tabla en la liga de Francia.
Este hecho lo podría llevar de regreso al baloncesto de España, incursionar en Alemania, Italia o, incluso, acercarlo a la NBA.
No fue fácil mantenerse en el baloncesto francés. "Siempre me decía tenés que anotar un mínimo de 25 puntos por juego para justificar el sacrificio de no compartir con mi familia".
Juan Diego superó así a Álvaro Teherán y Stalin Ortiz, quienes también jugaron en el Viejo Continente.
En Estados Unidos y Europa utiliza el segundo apellido, porque "noté que era muy difícil pronunciar el Tello y cuando dije Palacios, la gente lo cogió de una".
Terminar su carrera de comunicador social para tener otra alternativa cuando deje el deporte y hacerse notar en las grandes ligas de Europa son dos retos superados. "Gracias a Dios los he alcanzado, porque salí a triunfar".
Y aunque aún hoy Tello siente cosquillas en el estómago cuando mira hacia Estados Unidos y se encuentra con varios excompañeros de la división universitaria figurando en la NBA, mantiene vive la ilusión de llegar a la máxima carpa del básquet en el mundo.
"Conozco jugadores que han sido rookie a los 35 años y yo apenas tengo 28, aunque reconozco que no será fácil". Por ello, su esperanza es que el título alcanzado con Nanterre, que representa a una población del área metropolitana de París, lo lleve a un campeonato que lo proyecte más y pueda, algún día, ser el otro colombiano histórico en la NBA.
Y si lo logra el baloncesto colombiano tendrá más mercado en el exterior y él podrá hacer realidad sus nuevos sueños que espera celebrar con su hija Lelani, su fuente de inspiración.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no