E n cada uno de los tres tatamis que se montaron en el coliseo de la Universidad de Medellín se tejieron historias personales a punta de gestos, coordinación y coreografía.
Las banderas azules y rojas, de los cinco jueces que exige cada presentación individual y colectiva, fueron levantadas casi siempre a favor de los peruanos, chilenos y venezolanos
Sin embargo, los colombianos, apoyados en esa especie de himno popular de "sí se puede, sí se puede", de la tribuna, no se dejaron intimidar y en el primer día del Suramericano de Karate-Inder-Juegos Suramericanos Medellín-2010 también se hicieron sentir.
Para ello fue necesario una nota sobresaliente del estudiante de Ingeniería Biomédica Francisco Franco. Fue este alumno del séptimo semestre de la Escuela de Ingeniería de Antioquia el que lideró la primera clasificación de Colombia para una final, en kata equipo masculino sub-21, con los también paisas Santiago Vargas y Sebastián Rubio.
Sin pecar de convencido recalcó que "nos fue bien en gran parte de los 10 criterios que tienen en cuenta los árbitros, entre ellos en posiciones, coordinación, fuerza, potencia, concentración, mirada y el manejo de la cadera como piloto del cuerpo".
Pacho, quien gracias a los Power Rangers que vio en la televisión se metió de lleno a este deporte, reconoce el nivel de los peruanos, pero es tan consciente de los progresos del karate en el país que se atrevió a asegurar que "no hay nombre que valga porque las distancias se han acortado y lo único que se debe hacer es salir a ganar".
Ese punto de partida alto que pusieron los juveniles liderados por Francisco Franco con más de cinco minutos de una coreografía convincente fue imitado por los mayores alcanzando también la final del kumite femenino.
En equipos, Lina Gómez y Ana Escandón se metieron a la disputa de una de las cuatro medallas doradas que espera alcanzar Colombia con la delegación más numerosa del Suramericano, certamen en el que se nota, a leguas, que por encima de las buenas intenciones está la disciplina y constancia de los deportistas.
Por lo hecho por los juveniles en la primera parte del evento, quedó evidenciado que en el karate de la región los venezolanos y peruanos ya no ganan tan fácil porque en los tatamis de la Universidad de Medellín además de gestos y gritos, los demás también ponen calidad.
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