x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

LA BESTIA

  • LA BESTIA |
    LA BESTIA |
02 de septiembre de 2013
bookmark

A veces los sueños viajan en tren. Atraviesan las vías de todo México en un trayecto de 25 días cargado de esperanza en un mañana mejor. Avanzan con el traqueteo cansino de unas mercancías rumbo al próspero norte, a los Estados Unidos.

A veces los sueños viajan a la intemperie, a merced de un sol de justicia y del azote de la lluvia. Surcan decenas de trampas en los lomos hacinados de otros sueños en "La Bestia", el tren que los transporta hasta la ansiada frontera. Pero como no hay nada gratis en la vida, la ilusión de miles de inmigrantes tiene un precio: su propia vida. Cada año miles de ilegales, la mayoría de ellos centroamericanos, se juegan lo único que les queda por apostar para hacer realidad esos sueños.

El tren de la muerte tiene dos rutas sembradas de peligros. Una arranca a unos 60 kilómetros de Guatemala y la otra en Arriaga (Chiapas). Ambas se encuentran en Medias Aguas (Veracruz), continúan hasta el centro del país y luego vuelven a dividirse, una hacia el Pacífico, otra hacia el Golfo de México, la más corta y la más brutal.

Para llegar a encaramarse al techo de uno de los vagones de "La Bestia" y tener la fortuna de pasar casi un mes entre cartones, sin poder dormir por miedo a caer a las vías, a morir arrollado o a ser robado, este ejército de sueños habrá tenido que cruzar el paso en El Arrozal, una de las zonas más peligrosas de la frontera con México. Los inmigrantes que no aguardan el eterno visado y se lanzan al monte, quedan expuestos a las maras y a los carteles, que les esperan al otro lado dispuestos a robarlos, asesinarlos o violarlos. Los mismos carteles sanguinarios capaces de repetir la matanza de San Fernando, en la que fueron asesinados 72 inmigrantes, si no pagan lo que les exigen.

Aunque el billete de este "devora inmigrantes" comienza siendo gratis, su precio va engordando a cada tramo a tramo con sobornos a los maquinistas, que amenazan con no arrancar si alguien no paga, a las mafias y a los narcos. Así, para llegar a su destino, los espaldas mojadas centroamericanos se dejan de media unos 1.500 dólares. Los "coyotes" que transportan esta mercancía humana se llevan buena parte. El resto son sobornos para los narcos y los mareros.

En ese tren, durante casi un mes, familias enteras, incluso con niños a cuestas, hacen de todo: cocinan, se asean e incluso alivian sus necesidades desde las alturas. Allí viven en un mundo sin ley donde son la escoria de la Tierra y donde la vida no vale nada.

Se calcula que unos 10.000 indocumentados centroamericanos que tratan de llegar a Estados Unidos son secuestrados cada año. Muchos de ellos son capturados en grupos y confinados en naves industriales. El rescate que se les exige fluctúa entre los 500 y los 3.000 dólares. La Comisión mexicana de Derechos Humanos calcula que la industria del secuestro obtiene por temporada más de 25 millones de dólares. Otros 1.300 ilegales son asesinados o mutilados en el intento.

Escribo estas líneas sentado plácidamente en mi casa. El sol entra por la ventana y calienta la fresca mañana londinense. Mis hijos, de seis y tres años, se trasladan aquí para aprender inglés. El sueño de un futuro mejor para ellos nos separará por algún tiempo. Los veré los fines de semana por ahora, cuando me escape de Madrid en avión y bien documentado. Y me pregunto ¿qué he hecho yo para que mis sueños sean casi gratis? ¿Por qué yo puedo elegir? ¿Por qué no estoy en ese tren?.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD