Una aplicación especial le permite a Fabio Rodríguez mantener la Biblia en su celular y leer continuamente los Salmos, libro que ha sido una especie de brújula en su vida.
A esa fe que caracteriza su existencia, este cartagenero le mezcló disciplina y perseverancia. Gracias a ello superó la dura etapa de vivir en los bajos del estadio Tulio Ospina cuando empezó en el Bello Fútbol Club, donde abrió camino para llegar al Quindío y luego al Itagüí Ditaires.
Después del inconveniente que puso en veremos su continuidad hace un año, por una oferta del exterior que nunca se cristalizó, se afianzó en las águilas doradas de tal manera que es pieza clave en el equipo que disputa la Liga Postobón-2 y la Copa Suramericana.
El chico que siempre le pidió balones al Niño Dios, el que rechazó las invitaciones de sus amigos a jugar béisbol en el barrio República de Chile y el joven que comenzó de delantero en los semilleros cartageneros es en la actualidad uno de los laterales izquierdos de mejor presente en el rentado colombiano.
"Soy un jugador técnico, rápido, con muchas virtudes defensivas, con salida al ataque y de buen cabeceo", pese a que apenas mide 1,73 metros. Y así se define el papá de Juan José -tres años- y Emanuel -de apenas tres meses-, quienes lo tienen ayudándole a su esposa Catalina Cortés a cambiar pañales y a hacer teteros.
Fabio recuerda que la mano que le dio el dirigente Gustavo Gallo Jaramillo fue determinante para consolidarse como futbolista y "ser alguien en la vida, cuestión que siempre nos inculcó mi madre Rusmery Mejía y mi hermana Patricia".
Rodríguez no es amante de los triunfalismos, pero sabe que si mantiene el nivel alto que lo tiene en la titular no sólo seguirá de moda en Itagüí y estará en las fases definitivas del torneo colombiano, sino que podrá soñar con un club de mayor tradición en el país.
Como hombre agradecido que es Rodríguez reconoce que la confianza del presidente del club dorado, Fernando Salazar, y los "sabios consejos" del técnico Jorge Luis Bernal han sido fundamentales para que rinda y el equipo se ilusione con la tercera ronda de la Copa Suramericana. Para ello tendrán que dejar en el camino, desde el miércoles al River Plate de Uruguay.
Hoy, Fabio considera que si Itagüí continúa jugando bien al fútbol también puede aspirar a la primera final en Colombia y a la clasificación para la Copa Libertadores del 2014 para que él y sus compañeros dejen una huella grande internacionalmente y pongan al Itagüí en la historia del fútbol colombiano.
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