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La Chancha sufre con el verde

18 de abril de 2009
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Los martes de este año le han producido impotencia y nostalgia al argentino Jorge Hugo la Chancha Fernández.

Esos días siempre madruga, en su puesto de revistas en Buenos Aires, a buscar la información que publica el periódico Olé sobre el fútbol colombiano y "la constante ha sido encontrar al Atlético Nacional de colero, sumido en tremendo quilombo y generando noticias negativas".

Pese a ello, este legendario volante creativo, que entre 1970 y 1973 brilló con su fútbol exquisito en el conjunto antioqueño, considera que la racha negativa del verde es pasajera y no pierde la ilusión de "madrugar a leer que mi Nacional del alma es de nuevo ese equipo grande del cual yo hice parte, con el que fui campeón en 1973 haciendo sociedad con Javier Tamayo y Tito Gómez".

Jorge Hugo no reconoce a los actuales jugadores del equipo antioqueño que esta tarde recibirá al Cali, pero les recomienda desde la capital gaucha no olvidar lo grande que es la camiseta que él hizo mágica al lado de Gerardo Moncada (a quien recuerda mucho), Francisco Pacho Maturana, Teófilo Campaz, Raúl Navarro, Víctor Campaz, Hugo Horacio Lóndero y Gustavo Santa.

"Ah tristeza que me produce recordar esa época linda en la que jugar bien era una obligación para nosotros en el Atanasio, ya que había que ofrecerles espectáculo a los hinchas que eran muchos y no hacían más que brindarnos cariño", anotó desde Argentina la Chancha, admirador de Falcao García (River) y Fabián Vargas (Boca).

Jorge Hugo, quien al Cali que viene hoy a Medellín le hizo uno de los goles en el triangular final de 1973, solo estuvo tres años en Nacional, "pero con eso fue suficiente porque mi meta era dejar huella y lo logré, pues todo paisa que viene a Argentina me trae regalos y aunque no me haya visto jugar hace que recuerde las hermosas épocas que contrastan con las tardes grises del actual equipo".

Prohibido jugar mal
A sus 66 años y tranquilo porque la venta de periódicos y revistas le alcanza para sobrevivir en la capital del tango, la Chancha anhela el "Nacional de finales de los ochenta, porque así el nuestro haya sido un gran equipo, el más grande siempre será el campeón de la Copa Libertadores, dirigido por Pacho Maturana, con quien compartí repetidas jornadas gloriosas y hace muchos años que no veo".

Apreciar a los nacionalistas peleando otra vez los primeros lugares es la ilusión que tiene Jorge Hugo, quien desde el sur le hace un llamado de atención a los responsable de que el plantel esté en el último lugar de la Copa Mustang I.

Desde su residencia en el sur se lamentó e indicó que "me extraña que esos pibes jueguen tan mal si hacen parte de un país en el que la técnica y el talento se viene imponiendo en Suramérica. El rico pasado de Nacional lo obliga a estar en los primeros puestos y un equipo grande no se la puede pasar en crisis. Desde acá es difícil tener una idea clara, pero para que el bajón sea tan continuo es que algo raro pasa al interior porque a los futbolistas no se les puede olvidar jugar".

Raíces montañeras
En Argentina, Fernández trabaja en "mi parada de revistas" entre las 5:00 de la madrugada y la 1:30 p.m. en el Parque Chacabuco.

Las tardes las aprovecha para estar con su esposa Beatriz Samaria, los seis nietos que le dieron sus hijas Laura, Patricia y Fabrina Isabel, quien nació en Medellín.

"Como se puede dar cuenta, en mi casa siempre hay recuerdos de la capital antioqueña, a la cual espero volver algún día para mostrarles a mis hijas la ciudad donde fui muy feliz. Ya no debo conocer nada, pues en mi época todo era distinto y lo único que veo continuamente es el estadio cuando lo pasan por la televisión en los partidos de la Copa Libertadores".

Hace 35 años que Jorge Hugo no tiene contacto directo con el fútbol, porque desde que se fue de Medellín "por una tragedia personal" anda en otro mundo. Sin embargo, su nieto Martín Esbiroli lo tiene otra vez metido en el cuento porque siguió sus pasos y a los 17 años empieza a ilusionar a su abuelo con sus goles en el Riestra de la Primera D.

Claro que lo que más anhela por estos días la Chancha Fernández "es madrugar el martes y encontrarme en Olé con una noticia buena del Nacional, ese elenco que en mi estadía se ganó el apodo de la Amenaza verde porque intimidaba con su fútbol y todos sabíamos jugar y salíamos a ganar".

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