Los escándalos por corrupción, que tanto vienen golpeando a los líderes europeos, no se cerrarán con la renuncia del expresidente de Alemania, Christian Wulff, quien ahora deberá enfrentar las acusaciones por presunto favorecimiento a un tercero, según la Fiscalía de Hannover.
El organismo de investigación estudia si hubo algún delito en las vacaciones en Sylt (norte de Alemania) que pagó el empresario David Groenewold a Wulff y su mujer, y si el productor y cineasta obtuvo algún favor a cambio.
Las vacaciones tuvieron lugar un año después de que el gobierno de la Baja Sajonia, presidido entonces por Wulff, aprobara la concesión de un aval de cuatro millones de euros a una empresa de Groenewold, aunque este nunca lo hizo efectivo.
La Canciller Merkel perdió a uno de sus más cercanos correligionarios.
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