La ficha técnica del vehículo nuevo es el documento que el comprador puede pedirle al concesionario para enterarse de las características del automotor que le ofrecen y tomar su mejor decisión comercial estudiando las fichas técnicas de las distintas marcas.
La ficha técnica tiene gran importancia, porque si el vehículo no cumple las especificaciones anunciadas, el consumidor puede reclamarle al concesionario para que haga las adaptaciones del caso o le suministre los accesorios faltantes, so pena de una queja ante la Superintendencia de Industria y Comercio para que lo sancionen por información no veraz al momento de la venta.
El productor (importador o ensamblador del vehículo nuevo) diseña la ficha técnica, y se la entrega a los concesionarios para que hagan sabio uso de ella al mostrarle el vehículo al potencial comprador, que confía en lo que allí dice como una verdad revelada.
Sin embargo, no siempre la ficha técnica refleja lo que contiene el vehículo, porque las características consignadas en ella corresponden a otra versión que la casa matriz despacha para otros países, o se ha desactualizado porque en cualquier época de la producción se le hacen modificaciones al modelo para atender las necesidades del mercado.
Una ficha técnica desactualizada es más peligrosa que una aguja en un tamal, porque es fuente de conflictos si al momento de recibir el vehículo el comprador advierte que no coincide con el documento que tuvo a la vista cuando se lo vendieron.
En el común de las fichas técnicas el productor hace la salvedad de que el vehículo está sujeto a cambios sin previo aviso, porque la industria automotriz es dinámica y constantemente se le hacen actualizaciones al producto.
Si la modificación significa una desmejora del vehículo, esa condición puesta en la ficha técnica no le hace gracia al comprador ni a la Superintendencia, que puede interpretar los hechos como un engaño, y castigar al concesionario y al productor por ocultar información.
Es tan sutil la cuestión que los productores deben curarse en salud haciendo que los concesionarios saquen de circulación en la sala de ventas, las fichas técnicas que no coincidan con el vehículo exhibido o con el que están nacionalizando. También hay que mantener permanentemente actualizados a los asesores comerciales de los concesionarios para que dejen constancia en la hoja de negocio del vehículo (que firman con el cliente) de que las farolas ya no son cuadradas sino que en el nuevo modelo vienen ¨ojo de gato¨.
La comunicación entre el productor y sus concesionarios sobre las nuevas características del modelo que está llegando o se ensambla, debe ser permanente pues la responsabilidad por información no veraz o insuficiente al consumidor no admite disculpas.
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