Cuando una mujer está en embarazo la primera curiosidad que le asalta a ella, su pareja y al resto de la familia es si será niño o niña. Pues esta elección desde el punto de vista genético la hace el papá, es así como le debemos a este hombre el rol de género que cada persona desempeñará en su vida.
“El padre es determinante para definir el sexo del individuo que se origina, pues los hombres tienen un cromosoma “X” y un cromosoma “Y”. Las mujeres tienen dos cromosomas “X”, por tanto, sólo pueden aportar un “X” cuando se va a formar un nuevo ser, y sólo si el hombre ha aportado en su espermatozoide el cromosoma “Y” se formará un hijo varón, de lo contrario será una niña la que nazca”, señala Marcela Fernández Muñoz, magíster en Genética Humana y directora del Laboratorio Biotecnología y Genética.
Los cromosomas contienen toda la información genética que se va a expresar a través de nuestros rasgos físicos, de nuestros procesos metabólicos, nuestra resistencia natural o predisposición a ciertas enfermedades, nuestra capacidad o no de metabolizar ciertos medicamentos e incluso a través de nuestro carácter o rasgos de personalidad.
Características genéticas
“Hay características que van a estar dadas por ese cromosoma “Y” de los padres y que por vía paterna se presentan de generación en generación. Existen algunas enfermedades que se producen y que son transmitidas por este cromosoma. Algunas relacionadas con la fertilidad otras con procesos de formación ósea, de los dientes, la calvicie”, afirma Fernández Muñoz.
Según Carlos Martín Restrepo, médico genetista y docente titular en la Universidad del Rosario de Bogotá, el cromosoma “Y” permite el desarrollo de los testículos en los hombres y que dentro de estos se formen los espermatozoides. Tiene genes específicamente masculinos relacionados con la estatura, por eso, los hombre somos más altos que las mujeres en promedio. El cromosoma “Y” en general es pobre en genes, no tiene más de 90. Mientras que las mujeres por tener dos cromosomas X tienen más de 800 genes”.
Los seres humanos le transmiten a sus hijos la mitad de la herencia, es decir, 23 cromosomas cada papá. En estos hay aproximadamente 26 mil genes. Por lo tanto, los padres a los hijos les transmiten 26 mil características que están determinadas biológicamente.
En el tema de rasgos físicos y presencia o no de una enfermedad genética, metabólica o incluso cáncer, hay algunos que van a expresarse solo con que uno de nuestros progenitores haya aportado la información genética para una característica en particular, o que uno de ellos sea portador de una mutación que conlleve a la presencia de una enfermedad, en estos casos hablamos de herencia de tipo dominante.
En otros casos, se requiere que los dos padres sean portadores de cierta información genética específica en uno o varios lugares de su genoma para que tenga efecto en un rasgo físico o en la presentación de una enfermedad.
“La gente cree que existe un gen del alcoholismo, un gen de la drogadicción o el mal genio. Lo que sucede es que sí existen por ejemplo genes en algunas personas que les permite metabolizar más el alcohol pero otras son más lentas en este proceso. Entonces el primero puede tener más riesgo de ser alcohólico”, explica Martín Restrepo.
Para la generación de los óvulos de una mujer y los espermatozoides de un hombre ocurren varios eventos biológicos para que cada uno de estos gametos tenga una mezcla de la información genética de la persona que los produce y a su vez constituir la mitad de la información genética de un nuevo individuo.
“Los humanos tenemos 46 cromosomas que se completan cuando se une un ovulo y un espermatozoide, cada uno de los cuales aporta 23 cromosomas. Es decir, que la mitad de nuestra información genética proviene del padre y la otra mitad de la madre”, indica Fernández.
Factores externos
La edad en que se procrea es un factor determinante en la genética de los hijos porque a medida que transcurren los años se pueden presentar problemas con la formación del espermatozoide.
Muchas características o afecciones en la salud dependerán del contenido genético que hayan aportado los padres, así como del ambiente en el que se desarrolle la persona y sus hábitos o estilo de vida. La edad, la procedencia, el lugar donde se habita, el clima, el estilo de vida, los hábitos alimenticios, el comportamiento, el consumo de alcohol, cigarrillo y sustancias ilícitas, van a repercutir directamente en la salud y en la fertilidad de los individuos.
“La inteligencia, la estatura , el color de los ojos son rasgos que están determinados por varios genes, no por uno solo. También pueden estar influenciados por el ambiente. Un niño puede nacer muy inteligente pero si no tiene las condiciones propicias para desarrollar la capacidad cerebral va a tener problemas para aprender”, manifiesta el médico genetista.
El hecho de que la mitad de la información genética provenga del padre y la otra mitad de la madre, es la base para la realización de las famosas pruebas de paternidad.
El genetista Carlos Marín Restrepo destaca que también los padres les transmiten algo que no es genético a sus hijos y son las costumbres, la cultura y la formación que se enseña en casa. “Los seres humanos estamos constituidos por una mezcla de dos aspectos lo que se hereda a través de los genes y lo que se aprende en el ambiente”.
“Con esta transmisión de herencia nuestros papás pueden sentirse orgullosos, pues es grande su aporte en nuestra formación, nuestro desarrollo, y al menos en el sentido biológico y genético podemos decir con certeza que la mitad de lo que somos se lo debemos a ellos”, concluye Fernández.