Y no pasó nada. Tal vez como nos ha pasado de todo perdimos el sentido de las proporciones. Además, cada vez esta sociedad desborda una superficialidad que asusta.
El Ministerio del Medio Ambiente y el Ideam actualizaron la tasa anual de deforestación en Colombia: 147.000 hectáreas.
Equivale a 1,2 veces la superficie del Valle de Aburrá, áreas rurales incluidas; es 3,8 veces la extensión de Medellín y 0,8 la de todo el departamento del Quindío.
En un año se deforestan 56 islas de San Andrés y 196.000 canchas de fútbol como la del Estadio Atanasio Girardot.
Es una tasa similar a la extensión de Caucasia, Anorí, Sonsón, Necoclí y Murindó, municipios con amplia zona rural.
La deforestación anual en Colombia no solo es 76 veces la isla de Aruba sino 720 el pequeño Mónaco. Es mayor al tamaño de 66 países, comparados de manera individual.
Es seria, pero no interesa. En los medios de comunicación la noticia no demandó mucho espacio.
Quizás no asusta en un país en donde el presidente de la República no se avergüenza de decir ante el pleno de una cumbre ambiental mundial que autorizó la minería en 17 millones de hectáreas de la Amazonia, y en el que en 2010 se titularon para minería de un tajo 48.000 hectáreas.
Antioquia, el departamento que celebra sus 200 años de independencia, tiene hoy menos de un tercio de la cobertura boscosa original y una tasa de deforestación que puede ser el doble de la nacional.
La minería tan en boga es culpable pero solo en parte. Como en otras regiones, el paso trotón con el que avanza la frontera de la ganadería ha sido peor que si hubiera cruzado Atila con sus hunos.
Fueron 300.000 hectáreas deforestadas en Colombia en dos años. Una tasa menor que la que se traía, pero aún tan alta que no puede hablarse del consuelo de tontos.
En Antioquia quedan remanentes en el Nordeste-Bajo Cauca, hacia el Paramillo y el Atrato, regiones aisladas por la violencia pero en las que esos actores violentos comienzan a lucrarse del uso indiscriminado de la fatídica motosierra.
La Amazonia, que debería ser orgullo nacional, perdió 130.000 hectáreas entre 2011 y 2012 y ya vimos cómo se feria.
¿Qué hacer? ¿Cómo detener esta máquina destructora?
Tal vez hacerse los locos e incluir la motosierra y el hacha en el escudo nacional.
Maullido: Creo que deberían suprimir la cabalgata de la Feria de las Flores.
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