Y bueno, después de montar en todo tipo de motos y cruzar por una variedad de rutas, virtuales todas. Era el momento de iniciar el aprendizaje en una moto de verdad.
Y la oportunidad se dio 36 horas después del viaje virtual con las motos Honda. Y esta vez en una de las motos de Yamaha.
La marca, y su ensambladora en Colombia, Incolmotos, desarrollaron la EMY (Escuela de Manejo Yamaha) un programa orientado tanto a las personas que no han tenido un contacto con las motocicletas y quieren aprender su manejo, como a los que ya conducen este tipo de vehículos y quieren afinar sus habilidades en el desempeño.
Por supuesto, yo hacía parte del primer grupo de personas.
Antes de siquiera montarme en la moto, Luis Jiménez, mi instructor, me dio las recomendaciones de seguridad que todo motociclista debe tener, en cuanto al uso de los implementos adecuados: El casco, los guantes, ojalá una chaqueta protectora y un calzado cómodo.
El segundo paso, es hacer una revisión rápida de los sistemas básicos del vehículo.
Como se trataba de mi primera vez, la moto elegida, obviamente, es la de más fácil operación. La BWS 125 de operación automática. Encenderla es fácil. Solo oprimir uno de los frenos (delantero o trasero) y accionar el botón de encendido. Listo, ya esta prendida y comienza a sentirse su motor bajo el sillín. También su peso.
Un giro suave al acelerador (a la derecha) para que la moto comience a rodar. Hay que avanzar unos pocos metros, recto, pero se hace largo porque en el intento de tener el equilibrio la moto hace varios giros a uno y otro lado, lo que confirma que la línea curva no es la distancia más corta entre dos puntos.
Luego de unos minutos, y con un poquito más de velocidad, de 20 a 25 kilómetros por hora, el trayecto recto se hace fácil. Ahora hay que hacer el giro como si de una curva en la vía se tratara.
Comienza el ejercicio y al momento de llegar al inicio de la curva, la sensación de que el peso de la moto me hará ir al suelo me pone nervioso. La curva me está venciendo y cometo un error: en lugar de desacelerar para retomar el control del aparato, le doy más velocidad y sin el control de la moto doy con mis huesos al piso. Bendito casco.
Una recomendación de Luis el instructor, "hay que estar más suelto sobre la moto, no tan rígido como un palo, a la moto hay que ayudarla a girar con el cuerpo". Otra vez arriba y sobre la moto. Unos minutos más y logro hacer los giros, no totalmente seguro, pero por lo menos completos.
En todo el ejercicio la recomendación es la misma. "Si ve que está en una situación complicada desacelere para que pueda frenar y retormar el control".
Luego de hora y cuarto de prácticas, voy a la pista un poco más larga. Dos giros, con algo de nervios, pero completos y sin problemas. Un buen comienzo, pero aún no soy motociclista.
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