Hoy vemos con beneplácito los hallazgos y los volúmenes que estamos encontrando de petróleo para ser suficientes en esta materia o para exportar y compensar lo que tenemos todavía que importar, gracias a la seguridad.
Los inversionistas le apostarán a Colombia para así crear empleo y riqueza en regiones pobres necesitadas de oportunidades.
En relación con la inversión minera, preocupa que se cambien las reglas de juego o que, a pesar de garantizar el manejo del medio ambiente, algunos de los que no ven conveniente el mejor estar de algunas regiones, promuevan movimientos, obstaculizando el progreso o el cambio de vocación en zonas impropias para la agricultura y la ganadería, actividades poco rentables y muy pobres para generar empleo con salarios justos y seguridad social.
El progreso, el desarrollo y la estabilidad, son fruto de la seguridad.
Vemos con preocupación últimamente el ataque a puestos de policía, la voladura de oleoductos y de torres para conducción de energía, la destrucción de líneas de ferrocarril, el asesinato de servidores de la Fuerza Pública en veredas y carreteras, así como los desplazamientos, caso concreto Anorí y Tarazá, además del paro de los transportadores de carga y últimamente los ataques en carreteras y la quema de vehículos, que ya considerábamos del pasado.
Así las cosas, se escucha la preocupación de parte de visitantes, inversionistas en potencia que generarían empleo, crearían riqueza y aportarían al mejor estar de regiones, hoy con empleo tradicional, sin seguridad social, mal remunerados; hay que crear las condiciones si se quiere salir de la pobreza, eso sí, con la seguridad que da estabilidad.
La Seguridad Democrática, que fastidia a muchos por haber sido promovida por el expresidente Uribe Vélez, por lo que se ve y palpa en varias regiones de la patria, debe ser continuada y reforzada por el actual Gobierno, considerando que sin seguridad no vamos a tener prosperidad y, difícilmente, las locomotoras cogerán la velocidad que se requiere.
Es tiempo de corregir e insistir en el manejo permanente de la "Seguridad Democrática" para no perder la confianza inversionista que Colombia había conseguido en los últimos años, además de la estabilidad en las reglas de juego que se quieren estar modificando, con riesgos grandes para los inversionistas que planearon su presencia e inversión en el país.
Colombia requiere, para un futuro mejor, la creación de nuevos empleos, con salarios justos, seguridad social y estabilidad para el inversionista, de lo contrario, volveremos a lo que éramos hace unos pocos años, donde había fuga de capitales, restricción para los ciudadanos extranjeros visitar nuestro país y vernos discriminados en el exterior.
El Gobierno de la Prosperidad debe poner todo su empeño en la seguridad para poder conseguirla, que es lo que todos anhelamos, y poner a funcionar las locomotoras que se propuso a plena marcha para generar los empleos y la riqueza que el país necesita con urgencia, si queremos un futuro mejor.
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