¿La verdad?Por
María Clara Ospina Hernández
Por estos días en Colombia llueven verdades. ¡Toda clase de verdades! Algunas, no tan verdaderas. Las hemos oído de todo color y origen, nacionales e internacionales y con todo nivel de veracidad. Unas son a todas luces falsas, otras semifalsas, amañadas, negociadas, compradas, inventadas y, valga decir, una que otra son "VERDADES", con mayúscula. Pero, ¿es que acaso existe la verdad absoluta, transparente y universal? Aquello que es cierto o verdadero para usted, puede ser visto como una falacia, o una fabricación por su vecino.
Los colombianos oímos todos los días la "verdad" de los paramilitares que se han acogido a la amnistía, estos acusan a diestro y siniestro para mostrar su arrepentimiento y obtener beneficios de la ley. Por otro lado, los que han sido señalados por los "paras" como sus cómplices, varias docenas de congresistas, algunos de los cuales ya están en la cárcel, declaran a sus acusadores como mentirosos. El ir y venir de estas acusaciones, más el resultado de pesquisas periodísticas empeñadas en encontrar "verdades" en contra del Presidente Uribe, han salpicado la legitimidad del gobernante, quien, naturalmente, también tiene su verdad, la cual hasta ahora, aunque un poco averiada, se sostiene. Y es que algunos periodistas, no digo que todos, se rasgan las vestiduras y claman por la verdad a cualquier precio. Pero, muchas de las noticias que nos dan tienen un tufillo a prefabricado bastante sospechoso.
En lo referente a la relación con Perú y Venezuela, Uribe dice la verdad respaldado por los famosos computadores rescatados del campamento del narcoguerrillero Reyes, repletos de pruebas, con fotos y todo, de las relaciones de las Farc con esos gobiernos. Correa y Chávez dicen otra cosa muy distinta. Naturalmente las Farc y sus amigos tienen su propia historia, la cual venden internacionalmente como verdad absoluta.
¿Cómo reconocer la veracidad de las "verdades" con que estamos siendo bombardeados? Primero, hay que tener en cuenta quién la dice ¿Provienen acaso de una persona que ha estado fuera de la ley, por ejemplo un asesino acostumbrado a matar y mentir? ¿Beneficiará judicial, política o económicamente al que las dice? ¿Se trata de algo que hoy afirma alguien que anteriormente lo ha negado bajo juramento? Y, así podemos plantearnos un sinnúmero de preguntas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que aun el más mentiroso dice la verdad ocasionalmente y el más honesto a veces miente.
En todo caso, en este momento en Colombia se vive un total estado de confusión. ¿A quién creerle? ¡Dios mío, a quién creerle! Porque, tampoco es que nos vamos a tragar entero todo lo que nos digan. ¡A mí, que me traigan pruebas comprobables!
mclaraospina@yahoo.com
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