Tras el visto bueno del presidente de la República, Juan Manuel Santos, a que Brasil participe en el operativo de liberación de seis uniformados en poder de las Farc, sus familiares expresaron este lunes su satisfacción y a la vez impaciencia por el retorno de sus seres queridos, todos con más de una década de cautiverio.
"Ya no estoy sumando, sino restando (días)", dijo Oliva Solarte, madre de intendente de la policía Jorge Trujillo Solarte, de 40 años, uno de los seis uniformados que la jefatura de las Farc anunció en diciembre que liberaría.
Antes del anuncio de entrega "yo contaba 'van tantos meses, tantos días de cautiverio. Ahora falta menos, falta menos", agregó Solarte.
A su turno Ana Dolores Carrero, madre del sargento de la policía José Libardo Forero, de 43 años indicó que ahora esperan que la entrega se concrete lo más rápido posible.
"Que sea rápido, ya son casi 13 años que van a cumplir (en cautiverio)", dijo Carrero. Y a lo largo de todo ese tiempo "nosotros hemos estado sufriendo esta tragedia", dijo.
La esperanza de la liberación se reavivó el domingo cuando el presidente Santos dijo en un mensaje de su cuenta de Twitter que "hace rato le dimos luz verde a Brasil para ayudar en la liberación de los secuestrados".
"¿A qué se debe entonces la demora?", añadió el mandatario.
El anuncio del presidente cayó de sorpresa porque se desconocía oficialmente de esa autorización, cuándo exactamente fue dada y las razones por las cuales el gobierno cambió su postura inicial de ir con sus propios helicópteros, y no de otro país, a la selva en busca de los retenidos.
El pasado primero de febrero, las Farc anunciaron el aplazamiento de la liberación.
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