Eran cuatro conversando, pero "parecíamos 25 borrachos en una despedida de solteros". Hablaban de libros, emocionados.
A Hernán Casciari, el editor de la revista Orsai de Argentina, Jorge González, el dibujante, le acababa de regalar su libro Chère Patagonie, editado en Francia. Exquisito: una edición cuidada, de detalles. "No es solo el mimo de la encuadernación o el buen papel: es que se nota el amor y las ganas que le ponen", cuenta Casciari en el blog de la revista.
En la conversación también estaban Horacio Altuna, el historietista argentino, y Fran Martín, de Orsai, y entre las muchas cosas que se preguntaron y se respondieron llegaron a la idea de que ellos, como los franceses, adoran los libros.
"¡Eso, eso… -narra el editor en el blog-. El libro que un gran autor, ilustrador o artista siempre soñó publicar, con el formato que a él se le antoje, con la temática más rocambolesca o íntima, y nunca pudo porque sus editores le piden ‘otra cosa’ o le dicen ‘esto es demasiado arriesgado’. ¿Por que no hacemos una colección gráfica con ese objetivo?".
La hicieron y le pusieron nombre: Proyecto Embudo.
La intención es hacerle realidad a un autor (escritor o ilustrador) ese libro que han tenido en su cabeza y que no han podido editar. Exacto a su estilo. A sus sueños.
Ya van tres. El primero fue El gran Surubí de Pedro Mairal, el escritor, con imágenes de Jorge González. Una publicación excéntrica, la definen, en el que se reúnen sesenta sonetos y sus dibujos. "La historia es alucinante -se lee en la descripción-: en una Argentina apocalíptica en la que ya no hay qué comer, el Ejército recluta a los varones mayores de dieciocho, los uniforma y los obliga a pescar". Todo contado a través de la poesía.
El otro es de Juan Matías, Tute, que pensó en El amor es un perro verde. Un viaje por el desamor, la soledad, la rutina del matrimonio, el noviazgo, las mariposas en el estómago y las mismas mariposas que se convierten en gusanos tristes.
El ilustrador Alberto Montt publicó su moleskine, su libreta donde va dibujando mientras pasan las horas, a la que a veces le toma foto y la publica en Instagram. Libreta de viaje es eso. Un libro de ese talento que va quedando en líneas.
"Les cuento -escribió Montt en su web- que soy parte de una aventura editorial independiente".
Los sueños, entonces, se han ido haciendo realidad. Los cinco objetivos se han ido cumpliendo. Por ejemplo: "Cada libro será un objeto trascendente, mimado y cuidado. Tapa de cartulina 330 gramos, guardas interiores, papel de alto gramaje y una edición limitada". Así son. Ese rojo de cachos, con alas y lengua con un avión está en la cartulina, está como se lo soñó Montt.
"Cada libro será lo que el autor quiera que sea". Juan Matía s soñó un libro romántico y ahí está ese perro verde y esa mariposa rosada de la portada.
En esa conversación de cuatro hablaron y hablaron de las aventuras posibles. Después le pusieron nombre. Lo que hacen, más allá de soñar, es creer en los libros. En que pueden ser como están en la cabeza del que los imagina.
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