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Bayern vs. Chelsea, la batalla final en el Allianz Arena

Alemanes e ingleses recorrieron un largo trayecto para llegar a la final de la Champions. En el camino dejaron a los grandes favoritos Barcelona y Real Madrid. El juego será este sábado 19 de mayo a la 1:45 p.m. de Colombia.

  • Bayern vs. Chelsea, la batalla final en el Allianz Arena | FOTO REUTERS-AP
    Bayern vs. Chelsea, la batalla final en el Allianz Arena | FOTO REUTERS-AP
17 de mayo de 2012
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El camino del Bayern Múnich a la final, que se disputará en su propio estadio, fue un buen reflejo de una temporada loca en la que el equipo bávaro tuvo altibajos y estuvo tan cerca de la crisis como del camino de la gloria.

La inspiración del francés Franck Ribery y del holandés Arjen Robben, la frialdad ante la portería de Mario Gómez -con 12 tantos, es el segundo goleador tras Lionel Messi- y el carácter del grupo para superar las situaciones adversas han sido parte del secreto para poder soñar ahora con la que sería su quinta Copa de Europa.

En la fase de grupos el Bayern fue intratable, como lo estaba siendo también en esas semanas en la Bundesliga. Su grupo, con el Nápoles, el Villarreal y el Manchester City, se suponía que era "el de la muerte" pero se jugó en momentos en que el Bayern sólo parecía creer en la eliminación de los otros.

El Bayern se impuso las dos veces al Villarreal y empató a domicilio y venció en casa al Nápoles. Al Manchester City le ganó en el Allianz Arena y en la última jornada a domicilio encajó la única derrota ante el equipo inglés cuando ya tenía asegurada la clasificación y el primer lugar del grupo.

No obstante, el partido en casa contra el Nápoles, que terminó 3-2 a favor de los bávaros con tres goles de Mario Gómez, tendría una historia marginal que terminaría marcando buena parte de la temporada del Bayern.

A comienzos del segundo tiempo, Bastian Schweinsteiger, en un choque con un jugador del Nápoles, sufrió una lesión en un hombro que lo mantuvo varias semanas alejado de las canchas. Después, a su regreso, volvería a lesionarse, está vez en el muslo.

Sin Schweinsteiger, el Bayern atravesó un bajón, en la Bundesliga dejó de ser el equipo intratable que había sido en las primeras jornadas y tardó en encontrar una nueva identidad sin tener que recurrir a su hombre clave. Y ese hallazgo se produjo demasiado tarde para pelear por la Bundesliga pero a tiempo para mantenerse en la lucha por Europa.

En octavos
El rival era el Basilea suizo lo que en principio no debía ser un problema, aunque el partido de ida hizo temer lo peor. El Bayern cayó derrotado, 1-0, y por el juego que estaba mostrando por esos días nada hacía pensar que la remontada fuera a ser cuestión de rutina.

Las dudas eran grandes, pero la respuesta del Bayern fue contundente. Un 7-0 inapelable, con cuatro goles de Gómez, abrieron el camino a los cuartos donde el Bayern se las vio con el Olympique Marsella, que en la fase de grupos había derrotado dos veces al Borussia Dortmund, el mismo equipo que en la Bundesliga osaba desafiar su hegemonía.

En los cuartos
El Bayern liquidó los cuartos de final como una cuestión de trámite que saldó con dos victorias, 0-2 a domicilio y 2-0 en casa, para empezar a pensar de inmediato en el Real Madrid que era sin duda el reto de mayor envergadura que se le atravesaba en el camino en la competición.

La semifinal
A los duelos contra el Madrid, el Bayern llegó tras haber quedado desahuciado en la Bundesliga; en la ida el Dortmund todavía no era matemáticamente campeón pero nadie creía que pudiera escapársele el título.

Psicológicamente, era un golpe que requería un trato especial por parte del cuerpo técnico. Desde el punto de vista estrictamente pragmático, sin embargo, el entrenador Jupp Heynckes le sacó todo el partido posible a la situación al reservar fuerzas en el torneo doméstico para dedicarlas por completo a los dos duelos contra el equipo blanco.

Además, tras meses de ausencia, Schweinsteiger volvió al equipo. No estaba plenamente en forma, eso se vio ante todo en la ida en el Allianza, pero el grupo parecía funcionar distinto con su líder en el campo. Franck Ribery y Mario Gómez marcaron los goles que le dieron la victoria por 2-1 a los bávaros. En la vuelta, con el Madrid habiéndose ido en ventaja por 2-0, un penalti, que se generó en una falta contra Gómez y que convirtió Robben, forzó la prórroga después de la cual vinieron los penaltis.
 
Entonces llegó la hora del meta Manuel Neuer, que paró los dos primeros lanzados por Cristiano Ronaldo y Kaká, y de Schweinsteiger, que convirtió el lanzamiento definitivo para llevar a su equipo a la final.

Llegar a esa final, según el presidente del club, Uli Hoeness, era la principal meta de la temporada aunque, decía, pudieran perderla contra el Barcelona, al que se daba como seguro en el Allianza. Ese último riesgo queda descartado. El Barcelona fue elminado por el Chelsea. Para muchos, el Bayern parte como favorito.

No obstante, los bávaros llegan con un golpe en el cuerpo tras perder, otra vez ante el Borussia Dortmund, la final de la Copa de Alemania por un contundente 5-2. Aunque el Bayern puede convertirse por quinta vez en el rey de Europa en la primera final de la Liga de Campeones en la cual uno de los finalistas compite en su estadio, de momento ha dejado de ser el primer equipo de Alemania.

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