Comienza otro año, atrás quedan trasnochos, guayabos, banquetes y excesos. Es hora de mirar de frente los retos y trabajar por ellos.
Las programadoras hacen lo propio y hasta lo inverosímil para que usted vuelva a engancharse a sus propuestas audiovisuales.
Todos queremos que dentro de 365 días sean más las satisfacciones que las frustraciones.
Que bueno sería que al final del año tuviera la misma sensación con lo visto en la televisión. Por lo que prometen, la vaina va a ser espectacular.
Sueño con historias bien escritas que permitan realizaciones impecables en su narración visual. Nada de alargues, menos pautas. Que no trasladen de horario los dramatizados y con ello los noticieros y los pocos programas de análisis que intentan ofrecer elementos para reflexionar la realidad social y política terminan comenzando pasadas las doce de la noche.
Mas televisión y menos “radiovisual”. Que lo que importen sean producciones que no perpetúen discursos anacrónicos de personajes irreales con mentalidades del siglo pasado. Que si van a copiar formatos de realities extranjeros que no dejen las decisiones en manos del voto masivo que termina eligiendo la lástima y la compasión. Que los noticieros no se dediquen a repetir las notas, que se note labor periodística, Menos pose y más interés de informar. Que dentro de un año mis amigos y colegas me digan que ven mas televisión colombiana y que todos estemos de acuerdo en afirmar que Señal Colombia es el mejor canal de televisión que existe en la carta de posibles. Que fue mi conclusión del año 2013 y permitió sobrellevar frustraciones.