El gobierno del presidente Juan Manuel Santos decidió publicar el contenido de los tres acuerdos ya firmados con las Farc en el marco de los diálogos de paz.
El anuncio generó alivio, sorpresivamente, ya que se quitó el secretismo manejado sobre los acuerdos, incluso cuando estos, para el atento lector, venían siendo filtrados por la guerrilla.
De todas maneras el anuncio oficial ofrece claridad sobre las posturas del Gobierno y quita de raíz las especulaciones sobre lo que se está acordando con los enemigos, para que dejen de serlo.
En general, la primera conclusión después de leer la totalidad de los textos es que poco va a cambiar y ninguna de las aseveraciones de los enemigos del proceso, son verdad.
Ni el país se le va a entregar a la guerrilla, ni el castro-chavismo se va a tomar el país, ni la propiedad privada está en riesgo. Nada. Por el contrario, los acuerdos parecen ser de un corte mucho más progresista y cero socialista.
Pero evidentemente el expresidente Álvaro Uribe no podía admitir eso ya que eso desvirtúa el discurso que ha venido dando hasta ahora. Y en un intento para seguir confundiendo a la opinión pública, calificó que lo pactado hasta ahora es una plataforma política del terrorismo para justificar los crímenes de las Farc.
Falso.
Ahora bien, es cierto que hay que analizar lo que incluyen los textos, así como lo que dejan de circunscribir.
Y por eso todas las personas deberían leerlos y formarse su libre opinión de un tema que va a afectar el futuro del país, y no solamente repetir la opinión del expresidente, o por el contrario la del Gobierno mismo. (Los textos originales se pueden ver en https://www.mesadeconversaciones.com.co)
Sin duda faltan temas cruciales.
No se tocan cuestiones estructurales como el modelo económico o, incluso, la doctrina militar, pero no por eso lo firmado hasta ahora pierde su trascendencia, o se puede asegurar que es una "claudicación ante el terrorismo", como dijo el expresidente Uribe.
Ese no es el debate que debe tener el país, porque desde cualquier punto de vista, para alguien que ha leído los textos, es obvio que no es así.
La discusión importante es cómo se van a implementar los acuerdos logrados hasta ahora. De ponerse en marcha esos puntos, el país sería menos desigual y los pobres tendrían mayor acceso a los beneficios del Estado, pero se va a requerir un esfuerzo descomunal tributario en donde, indudablemente, las personas van a tener que pagar mayores impuestos.
La paz va a costar a todos los colombianos. De eso no hay duda, y seguramente a los ricos mucho más que al resto de la sociedad, pero es que la paz también va a beneficiar a todo el país.
Por eso hay que insistir en que esa es la discusión que hay que empezar a tener, ya que del cómo se van a poner en marcha estos temas, se determinará que sean positivos o funestos para todos.
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