Ni la Federación Nacional de Cafeteros ni el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ni los bancos comerciales quisieron apostarle a la construcción de la planta de Madera de Café, del Grupo Monarca. El único que se atrevió a respaldar esta iniciativa y a comprometer allí dineros públicos fue Álvaro Vásquez Osorio, quien como gerente General del Instituto promovió y defendió este proyecto ante la Junta Directiva.
También lo hizo ante la opinión pública. "La platica está sagrada. Yo les garantizo que este proyecto va a ser revolucionario", afirmó Vásquez Osorio, el 16 de marzo de 2009, cuando en el programa de televisión CNC Noticias le preguntaron sobre las garantías que daba el Grupo Monarca, propietario de Madera de Café, justo cuando era vox populi que el conglomerado empresarial vivía en medio de un estrés financiero.
"Ah, no, pero absoluto, son bienes reales", respondió el funcionario. "Usted se quedaría sorprendido. Una circunstancia es la iliquidez, que el mercado da, pero otra es la circunstancia de solidez patrimonial. Es un patrimonio enorme y en el IDEA hay una condición muy especial que yo comparto plenamente: para que el IDEA preste 1 millón de pesos, le tienen que dar garantías reales por 1 millón y medio de pesos. Si le prestamos 10.000 millones de pesos, nos tienen que dar garantías reales por 15.000 millones de pesos".
En sus cuentas, un campesino recibiría más plata por lo que antes era basura, o sea los cafetos soqueados, que por el mismo grano. Mientras el café le dejaba al cultivador 800.000 pesos por hectárea, la madera le generaría 1 millón 300.000 pesos.
Sustentada en los escenarios y negocios que la administración le presentaba, la Junta del IDEA aprobó la financiación de un proyecto que Vásquez Osorio justificaba con argumentos ambientales y, sobre todo, sociales.
La plata empezó a fluir. Según Francisco Javier Beltrán Montoya, sucesor de Vásquez Osorio, y exalcalde de Sabaneta, en donde el Grupo Monarca es el constructor más poderoso, a estos empresarios privados se les otorgaron cuatro créditos, que suman 18.665 millones 290.663 pesos.
El actual gerente se ampara en la "reserva bancaria" para no revelar el total de recursos que el IDEA tiene comprometidos en Monarca. Henry Alonso Madrid Gómez, presidente del grupo empresarial, tampoco respondió a los mensajes de este diario. No obstante, fuentes de entera confianza y cercanas al cafetero Ernesto Garcés, antiguo socio de Monarca, afirman que la deuda supera los 24.000 millones de pesos.
En la actual Junta del IDEA hay gran inquietud con la recuperación del dinero que el Instituto prestó para este proyecto industrial.
Dicen las actas que en la reunión del 28 de febrero de 2011, el gerente General del IDEA advirtió que la empresa Madera de Café "requiere recursos de capital de trabajo, con el fin de cumplir los compromisos que tiene adquiridos la sociedad".
Eso significa que los dueños de Madera de Café necesitan más plata para pagar la que ya están debiendo. En palabras de Beltrán Montoya, "hay un problema de liquidez de los socios de la sociedad Madera de Café, que impide que le puedan inyectar los recursos que se requieren para la producción de la planta".
Registros de la Cámara de Comercio del Aburrá Sur indican que Madera de Café es una sociedad anónima, creada el 30 de septiembre de 2008, tiene un capital autorizado de 4.000 millones de pesos y pagado de 2.000 millones de pesos, su presidente es Henry Alonso Madrid Gómez y el gerente General es Gabriel Jaime Escobar Botero.
Esta firma forma parte del Grupo Monarca, en el que también se encuentran Grupo Maderas Monarca, Metales Arquitectónicos, Corporación Social Monarca, Casa Monarca, Aves María Centro Internacional de Convenciones, Inversiones Aves María, Inmobiliaria Aves María y la Empresa de Servicios Públicos Monarca.
En la página web del grupo también aparecen sociedades como Centro Comercial Aves María, Equipos y Maquinaria Monarca, Telecomunicaciones Monarca, Producciones Agropecuarias Monarca, Asesorías Monarca y Monarca Coffe Wood Internacional. Sin embargo, la Cámara de Comercio del Aburrá Sur certifica que ni en su base de datos ni a nivel nacional figuran tales compañías.
Datos de la misma Cámara revelan que el Grupo Monarca y sus empresas aparecen en cruces societarios con más de 10 firmas, muchas de las cuales son Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS), como Jerusalén, Favims, Asla, Fagama, Jucemagu, Jasale, Tovago, Sajaz y Preferente. Pese a todo lo anterior, esta organización no está registrada en la Superintendencia de Sociedades como grupo empresarial.
¿Y el respaldo?
Tan amplia estructura sugiere un gran poder, que no tranquiliza a la Junta del IDEA. Maximiliano Valderrama, delegado del Gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero, propuso en reciente junta "que se soliciten garantías adicionales a las que ya se encuentran constituidas y propone que se sugiera a la sociedad Madera de Café la venta de algunos activos, con el fin de cubrir parte de las obligaciones que tienen adquiridas con el IDEA".
Luis Eduardo Gómez Álvarez, exdirector Ejecutivo del Comité de Cafeteros de Antioquia, preguntó en esa misma sesión si el IDEA es el único cofinanciador del proyecto, punto sobre el cual no consta allí respuesta alguna. Advierte que, de ser así, todo el riesgo cae sobre el Instituto: "El proyecto debería estar operando, toda vez que lo que se financió fue un proyecto productivo y no unos activos".
Pero hay más damnificados con los problemas del proyecto. Las arcas de la Alcaldía de Hispania aún no sienten los beneficios de la ubicación en su territorio de la planta de Madera de Café, excepto por la vía tradicional del Impuesto Predial y el de Construcción.
Juan David Benjumea, el mandatario local, expresa que la factoría comenzó a operar en octubre de 2010, para esta fecha debía tener 100 trabajadores y solo están contratados directamente unos 30.
Añade que allí hay alemanes ajustando la maquinaria. Que falta capital de trabajo y piensan traer nuevos socios. Que el campesino no ve atractivo el precio de 270 pesos por palo de 52 centímetros de largo y 7 centímetros de diámetro, el mismo que sube a 300 pesos si lo llevan hasta la planta.
Que no hay claridad sobre los ingresos y exportaciones de esta industria y que por ello no han podido liquidar y recibir el impuesto de Industria y Comercio. Y que allí están procesando otras maderas, con destino a unas casas contratadas con la Empresa de Vivienda de Antioquia (VIVA). El alcalde remata diciendo que no hay quejas con el pago de los salarios y que, a pesar de todo, "el proyecto va bien".
La Junta del IDEA tiene argumentos para pensar distinto. En actas consta que Luis Eduardo Gómez insistió en que "la administración del Instituto debe solicitarle a la sociedad Madera de Café la presentación del escenario frente al cumplimiento de los compromisos financieros que tienen con el Instituto, ante la situación actual de que el proyecto no está operando. Me preocupa que un proyecto de esta magnitud" no opere aún.
Uno de los planteamientos más fuertes provino del empresario Rafael Echavarría, al afirmar que "no debemos realizar más créditos a esta sociedad. La realidad muestra que el proyecto no está funcionando y no funcionará. Mi propuesta es que no se prorrogue el crédito, ni se refinancie y mucho menos que se le otorguen nuevos créditos".
El alto contenido social de la iniciativa impulsada por Vásquez Osorio se está debilitando. Su sucesor en la gerencia del IDEA reveló en la junta del 28 de marzo que "el proyecto ha tenido una reorientación, ya que si bien se constituyó para la madera de café, está trabajando en la transformación de otras maderas".
La plata del IDEA está en riesgo y ese temor es manifiesto en diversos miembros de la Junta.
Rafael Echavarría, por ejemplo, "solicita que se analice la posibilidad de recibir en dación en pago otros bienes inmuebles de propiedad de la sociedad Madera de Café o del Grupo Monarca como deudores solidarios de la obligación".
Luis Eduardo Gómez pide que se presente una fórmula integral de pago, dice que se debe buscar un socio estratégico que agregue valor, una virtud que no tiene el IDEA, "ya que nuestro objeto es ofrecer servicios financieros y no estamos en ese negocio".
Consta en las actas que las deficiencias en el capital de trabajo de Madera de Café llevan 18 meses; que las alarmas debieron encenderse hace mucho tiempo; que no hay tales ventas a la Armstrong, firma norteamericana de la que Vásquez Osorio dijo, el 24 de febrero de 2009, iba a comercializar el 100 por ciento de la producción a US$1.700 la tonelada; y que los equipos "no deben valer nada", porque se compraron de segunda.
El 30 de mayo, en sesión extraordinaria, la Junta del IDEA analizará de nuevo el tema para ver si en Madera de Café "la platica está sagrada".
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