Hasta las últimas horas de 4.229 personas a bordo del crucero Triumph fueron angustiantes. Cuando se esperaba un regreso tranquilo, la nave vivió otra emergencia la tarde de ayer, cuando se dirigía a puerto en Estados Unidos.
El crucero de la empresa Carnival regresaba lentamente a tierra firme, cuando un cable de uno de los remolcadores que lo arrastraban se rompió y ocasionó que el buque quedara otra vez a la deriva frente a las costas de Alabama.
Las tripulaciones del barco de descanso y del remolcador repararon el cable, para seguir haciendo frente a los fuertes vientos y corrientes, que hacían más difícil su llegada a puerto.
Muchos de los 3.143 pasajeros y 1.086 tripulantes pasaron gran parte de la última jornada en la cubierta de proa, observando como cuatro remolcadores tiraban del titán que se quedó sin energía el domingo, tras un incendio en el cuarto de máquinas.
Tras el incidente, el barco permaneció sin energía, luego de zarpar de Galveston, Texas el 7 de febrero, a pesar de que recientemente había presentado averías.
Debbi Smedley, quien fue pasajera del Triumph en un viaje reciente que zarpó el pasado 28 de enero, dijo a Fox News que ese día recibió un correo electrónico de la firma Carnival Cruise Lines avisándole que la salida del crucero estaba retrasada por un daño en la propulsión.
Hoy se estudia si la decisión de remolcar la nave del tamaño de tres estadios de fútbol americano y de 100.000 toneladas de peso, fue la adecuada, teniendo en cuenta que otra alternativa era trasladar los pasajeros a otro crucero.
"Evaluamos muchas opciones, pero la solución más segura y rápida era la de remolcar el barco de regreso a puerto", dijo Vance Gulliksen, vocero de Carnival Cruise Lines, a New York Times.
Las últimas horas del crucero antes de llegar a puerto, estuvieron marcadas por el rompimiento del cable y la llegada de un helicóptero con comida y otro generador eléctrico.
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