La pregunta que más repite Marta Lucía Ramírez es sobre la calidad de sus intervenciones. Siempre se cuestiona cada movimiento. Todo puede quedar mejor. En ella son rutina preguntas como, “¿qué tal lo hice?, ¿qué hay por corregir?”. Dedica, en medio del trajín caótico de la campaña, horas enteras a estudiar sus propuestas y los temas del país. Lo pregunta todo.
Durante estos meses de campaña se ha dedicado a resaltar la ausencia de algunos candidatos en los foros. Es ella quien ha insistido en dejar las sillas vacías de los aspirantes que no van a los debates y ha levantado la voz para decir que esas ausencias son una falta de respeto: “Estoy convencida de que no van porque no tienen la preparación”, afirma con vehemencia.
Ha sido permanente su queja por la falta de garantías en el proceso electoral. Su campaña estuvo a un paso de desplomarse luego de que, a pesar de haber sido elegida en la convención conservadora, su postulación fue demandada ante el Consejo Nacional Electoral, CNE, y como ella dice, solo le dejaron un mes de campaña.
En caso de llegar a la Presidencia, asegura que Buenaventura y el Pacífico serán sus primeras tareas. La idea es gobernar el país, en esos primeros días de mandato, desde el puerto.
Frente a la ola de ataques que han protagonizado las otras campañas, ella se ha mantenido relativamente al margen, aunque ha intentado sacar provecho con unos comerciales de televisión. Sin embargo, tiene muy clara su prioridad: que el país conozca sus propuestas.
En la campaña terminó ocurriendo lo que tanto se criticaba y es que se polarizó, ¿cómo le fue a usted en este escenario?
“Sí, la campaña está polarizada. Hay dos sectores de la política que provocaron esa polarización y eso también confunde al país en estos momentos. Hay instantes en los que no se sabe qué prima; no se sabe si es ataque personal o es la crítica a un gobierno que se ha equivocado. El país se confunde. Por eso, yo francamente, he tratado de sustraerme de la polarización y tratar siempre de enfocarme en las ideas, en mis propuestas. Tengo el mejor programa de Gobierno, lleno de ideas nuevas y eso es lo que hay que garantizarle a Colombia, propuestas”.
Entonces, ¿cómo ve el final de esta campaña: de ideas o de juicios de valor entre unos y otros?
“Desafortunadamente esta es una campaña que está mucho más regida por lo mediático y, evidentemente, por la coyuntura, por la noticia del día a día. Desafortunadamente no ha habido el espacio suficiente para el debate de las ideas. Les hago un reconocimiento a algunas universidades que han hecho debates, pero era más deseable que el tema de las propuestas hubiera tenido mucho más espacio en todos los medios de comunicación, es la única manera para que el ciudadano se pueda informar”.
¿En últimas, hubo garantías en este proceso?
“No me siento para nada tranquila con la democracia colombiana. En Colombia es urgente tener una justicia electoral que se pronuncie y haga fallos que sean en Derecho. Lo que hizo el Consejo Nacional Electoral, CNE, con la campaña del Partido Conservador es totalmente inaceptable y por esa razón lo he señalado ante la Misión de Observación de la OEA. A la democracia no se le puede hacer este juego sucio, los magistrados sabían desde el primer día que nuestra campaña era legítima, que nuestra candidatura había cumplido todos los estatutos y la ley y, sin embargo, deliberadamente, nos quitaron tres meses porque creían que demorando el inicio de la campaña nos sacaban del juego. Con ese pretexto el Ministerio de Hacienda nos demoró el anticipo. Nos dejaron apenas un mes de campaña y por eso estamos trabajando con toda nuestra capacidad. Yo sé que en un mes voy a lograr hacer mucho más de lo que hicieron otros en campañas que llevan más de un año”.
Ustedes han anunciado desde su campaña una lucha frontal contra la corrupción. ¿Eso es fácil?
“Es muy difícil, por eso se requiere de mucha voluntad política. Uno tiene que poner todo sobre la mesa como un libro abierto. Tenemos que lograr cambios culturales en la sociedad colombiana, cambios legislativos que realmente promuevan mucho más la capacidad investigativa, más sanciones y lograr desde la familia, por ejemplo, un comportamiento distinto basado en valores. Desde el punto de vista legislativo vamos a promover que en las licitaciones, los contratistas abran la reserva bancaria sobre todos los recursos que reciban por concepto de anticipos. Vamos a exigir que los funcionarios públicos también abran la reserva bancaria y además presenten sus declaraciones de renta al comenzar en el cargo y al terminarlo. No solamente la de ellos sino también la de su núcleo familiar. Hay gente que dice que eso es excesivo, que eso viola los derechos fundamentales, pues si les parece excesivo, sencillo, que no accedan a ese puesto o a esa contratación porque lo que sí es claro es que quien esté interesado en tener una posición dentro del Estado o quien quiera recibir un contrato debe estar dispuesto a entregar esa información. También estamos estudiando si se requiere una reforma constitucional o solamente legal para poder confiscar bienes en Colombia y en el exterior a las personas que han sido condenadas por casos de corrupción, porque esos corruptos están saliendo de la cárcel a usufructuar la plata que les robaron a los colombianos. En materia legislativa también estamos promoviendo que se acabe del todo la casa por cárcel para los corruptos y que se publique la lista de las personas condenadas por corrupción para que también haya una sanción social. Todos los procesos de decisión del Estado tienen que ser transparentes. El país tiene que saber qué dice en la letra menuda de cada decreto”.
¿En su Gobierno habrá reforma a la Justicia?
“Sí, claro, es nuestra prioridad. Es una de las tareas pendientes y absolutamente inaceptable del presidente Juan Manuel Santos. Se necesita, urgente, tanto para efectos de que haya confianza en la institución de la Justicia como para la paz. No puede haber paz sin justicia”.
¿Cómo hacer para que el Congreso sí la saque adelante?
“Estoy convencida de que nosotros vamos a tener una mayoría suficiente en el Congreso para que nos dé la gobernabilidad necesaria y estoy convencida de que el Partido Conservador, al igual que el Centro Democrático, van a apoyar nuestras iniciativas. Vamos a encontrar el apoyo de un partido de oposición como el Polo Democrático. Estoy segura de que temas que tienen que ver con la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de nuestras instituciones, siempre van a encontrar el apoyo en el Congreso porque vamos a tener un Gobierno concentrado en favorecer a la gente, vamos a gobernar para la gente, un gobierno al que le importe la gente, que favorezca a los ciudadanos, por eso, nos debe ir bien en el Congreso”.
¿Cómo hacer para que no se repitan más paros campesinos?
“Con una buena política agrícola. Vamos a dedicarnos a favorecer la producción del campo colombiano, o bien en el microfundio o bien en las empresas agrícolas, que hay que estimularlas y promoverlas. Hay que quitarnos esa idea de que los pequeños campesinos son los únicos que son importantes, no. Tenemos que promover empresas grandes en el agro colombiano para que sea competitivo. Hay que invertir en distritos de riego, darles una financiación adecuada en plazos y tasas de interés a los campesinos. En nuestro gobierno vamos a garantizar que haya importaciones paralelas de los insumos fundamentales para la agricultura. Buscamos una política agrícola para aumentar producción y aumentar el área sembrada; sin duda esto evitará los paros campesinos. Le recuerdo, para mí los campesinos siempre han sido una prioridad: lo hice cuando fui ministra de Comercio Exterior y promoví cadenas productivas, como cuando fui ministra de Defensa y me preguntaba cómo podíamos proteger las ciudades con un campo abandonado. La seguridad económica de los campesinos es un tema de seguridad nacional”.
¿Qué va a pasar con el proceso de paz desde el 7 de agosto?
“Tenemos que lograr que el proceso de paz continúe, vamos a darle, primero, un tiempo para poder conocer los textos que están enunciados. El gobierno del presidente Santos no ha sido transparente en lo que se ha acordado hasta ahora y vamos a tener que revisarlo para saber qué sigue y así avanzar con la negociación con la total tranquilidad de saber si es una negociación que nos va a dar la total verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Una vez analizados esos textos, he dicho que estamos dispuestos a sentarnos a negociar, siempre y cuando las Farc cumplan con unas condiciones que son sine qua non. Por ejemplo: que se comprometan a suspender de inmediato el reclutamiento de niños, no pueden seguir haciendo atentados terroristas contra la población civil, no pueden seguir poniendo minas en el campo y nos deben entregar el mapa de los campos minados para poder iniciar el desminado. No pueden seguir ejecutando a soldados que estén heridos. Si las Farc cumplen con esas condiciones, sumado a la verificación internacional, nosotros no tenemos el más mínimo problema en darle toda la importancia a esa negociación. Hay gente que piensa que negociar en el conflicto es reclutar niños, eso no es cierto, eso no es negociar”.
En el caso de Buenaventura, ¿hay alguna acción contundente que realizará?
“Ejecutaré todo un plan en la costa Pacífica colombiana desde Panamá hasta Tumaco, lo vamos a empezar el 8 de agosto. Tenemos diseñado un plan estratégico que incluye infraestructura, educación y desarrollo económico. Voy a presentar en el Congreso un proyecto de ley que otorgue beneficios tributarios a la gente de la región Pacífica, especialmente, a las empresas que se establezcan allá, les vamos a dar beneficios tributarios generosos porque lo que necesitamos es que la costa Pacífica tenga empleos que reduzcan el nivel de miseria, que es verdaderamente vergonzoso. Me propongo que esta región tenga tres puertos que sean realmente un eje fundamental para el acercamiento a los mercados del Pacífico: el de Urabá, el de Buenaventura y el de Tumaco. Los tres tenemos que fortalecerlos. Haremos un desarrollo sin precedentes de la región Pacífica”.
En Antioquia, ¿hay algo que quiera destacar?
“El puerto de Urabá. En esa región esperamos un desarrollo agroindustrial muchísimo mayor y hay que promover el establecimiento de nuevas empresas. Queremos sacar adelante las autopistas que ahora las llaman de la Prosperidad, pero en mi Gobierno volverán a llamarse de la Montaña”.
¿Cómo hacer para que la salud funcione y atiendan en los hospitales?
“Lo más importante es que vamos a promover la salud preventiva. Hay que tener unas urgencias que tengan unos servicios 24 horas realmente disponibles, con una vigilancia estricta por parte de la Superintendencia de Salud y con algo que es clarísimo, nosotros no podemos, de ninguna manera, dejar que la salud sea el negocio de unos intermediarios, pero tampoco pretender acabarlos. Es una irresponsabilidad decir que hay que hacer borrón y cuenta nueva con la Ley 100, lo que hay que hacer es corregir aquello que la Ley 100 desfiguró y creemos que el problema ha estado en la rentabilidad que se volvió un elemento de los intermediarios”.
¿Cuál será su primera tarea como presidente?
“Lo primero será instalar el gabinete en Buenaventura. Estaré una semana entera gobernando desde el puerto. Además, vamos a comenzar a realizar consejos de seguridad diarios en distintas regiones del país. Vamos a retomar el control de determinados lugares del territorio. También al día siguiente de mi posesión vamos a poner una línea gratuita para las denuncias de las mujeres por maltrato intrafamiliar y por violación. Y también inmediatamente le daré una instrucción a Planeación Nacional para hacer un trabajo que nos permita un mapeo de todos los sectores de la agricultura para ver cómo haremos para duplicar el área sembrada y así impulsar al campesino colombiano”.