Hay veces que la información genética se confunde y las estructuras del cuerpo o los órganos fallan.
Eso pasa con el Síndrome del Ventrículo Izquierdo Hipoplásico, una condición que afecta a cuatro de cada cien mil niños nacidos vivos.
"Se llama síndrome porque es un conjunto de anormalidades asociadas, pero la parte fundamental es la cardiaca. Es una anomalía en la que el corazón izquierdo no se desarrolla", explica el cirujano cardiovascular y director del Laboratorio Médico de Tejidos de la Clínica Cardiovascular, Jorge Alberto Zapata.
En Colombia, solo en esta Clínica, se realiza el procedimiento médico que permite aumentar la sobrevida de estos menores con una técnica conocida como la operación de Norwood, un complejo procedimiento diseñado como una terapia inicial para paliar el mencionado síndrome.
"En este procedimiento nos venimos entrenando desde 2001. Llevamos ocho años en un entrenamiento continuo todo el grupo de cirugía cardiovascular", cuenta Zapata.
Y agrega que la Clínica Cardiovascular es el único centro de referencia nacional. "Y somos el único grupo, de México hacia abajo, que hacemos esa operación".
Más que una operación
Antes de ese año esta intervención no se realizaba en Colombia, no se contaba con la capacidad técnica para enfrentarse a este problema, indica el especialista.
Para aprenderla, los cirujanos, anestesiólogos e intensivistas de la Cardio viajaron al Boston Children Hospital y al Miami Children Hospital para aprender no solo la intervención quirúrgica, sino también el cuidado postoperatorio del recién nacido.
Porque los niños que se operan son eso, recién nacidos. "En promedio tienen entre 8 y diez días", agrega el cirujano. Y debe ser así, porque esta anormalidad, si no se remedia, causa la muerte en el 100 por ciento de los casos.
En los bebés que nacen con esta condición, el ventrículo izquierdo y la aorta son pequeños y están subdesarrollados.
"El ventrículo izquierdo es la cavidad inferior izquierda del corazón y es el encargado de bombear sangre rica en oxígeno al cuerpo. La aorta es la arteria que recibe la sangre rica en oxígeno del ventrículo izquierdo y la envía a todo el cuerpo. Cuando el ventrículo izquierdo y la aorta son demasiado pequeños, no pueden suministrar suficiente sangre al organismo", explica en un documento el Texas Heart Institute.
La intervención no es solo una operación, pues se necesitan tres en total para terminar la corrección, sino que además es todo un acompañamiento clínico y terapéutico para lograr la adaptación del bebé operado.
"La cirugía consiste en que el corazón derecho tenga las funciones del ventrículo izquierdo. Queda entonces cumpliendo con dos funciones: que la circulación para los pulmones y para el resto del cuerpo. Ese cambio genera una adaptación compleja. Quienes lo logran, sobreviven", señala Zapata.
Las estadísticas en Estados Unidos y Europa señalan una supervivencia al tratamiento del 60 por ciento.
"Aquí, en Medellín con la tecnología que tenemos, estamos en el 57 por ciento", explica el cirujano y agrega que "nuestro sistema de salud no está en la capacidad de absorber esa tecnología que necesitaríamos para aumentar esa sobrevida e igualarnos a esas tasas internacionales".
Para el exterior
La experiencia adquirida por el grupo de cirugía cardiovascular de la Cardio le valió para que, en el Congreso Mundial de Cirugía Cardiotoráxica, se presentara el estudio de los pacientes atendidos por ellos. Este año llevan nueve casos y todos han sobrevivido.
"Lo mandamos como un escrito para que lo presentaran en pared, pero nos invitaron a hacerlo como una conferencia magistral".
Esta es una operación de cinco horas, con 15 diferentes especialidades participando en el quirófano. Y que no termina aún con las tres operaciones.
"Lo más posible es que esos niños, cuando crezcan, hay que trasplantarlos. ¿Por qué? Porque ese corazón derecho no está hecho para eso. Pero se les da la posibilidad de llegar hasta el trasplante", concluye Zapata.
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