Cincuenta años de resistencia. Medio siglo de odios y amores. Una vida entera para un país que pasó de tener a un gobierno corrupto, en 1959, para ingresar luego en una época en la que todos los poderes quedaron en manos de un solo personaje: Fidel Castro.
La revolución cubana sirvió de inspiración a algunos jóvenes de una generación latinoamericana que, en su momento, pensó que la lucha armada era una posibilidad para asumir el poder. El paso de los años dejó más derrotas que triunfos y a una Cuba actual con inmensos problemas económicos.
La absoluta dependencia de la Unión Soviética, el embargo impuesto por Estados Unidos desde hace 48 años y las pocas libertades que otorga el gobierno de los Castro, son tres pilares en los que se basan los críticos del modelo cubano para decir que la revolución se desvió de su objetivo y hoy tiene problemas para lograr cambios.
Tras la enfermedad de Fidel en 2006 y la llegada formal de su hermano Raúl al poder se crearon las esperanzas de una transición de la que todavía no se ven mayores pasos.
Cuba permanece aún en las manos de aquellos que bajaron de las montañas con fusiles hace 50 años y el relevo generacional es casi nulo, pero existe la esperanza de que, con el hermano menor de los Castro y la llegada de Barack Obama al poder en Estados Unidos, la situación en la isla mejore.
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