A algunos políticos, en su afán de cobrar altura, muchas veces se les enreda la pita. Y esto pudo haberle sucedido al ex ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias.
Muchas críticas le llovieron por haber ocupado silla parlamentaria en el debate en la Cámara, para la conciliación del referendo, y luego de que fueran revelados los mensajes cruzados por Blackberry.
Más que una charla como él la califica, el asunto resulta bien folclórico, pues en un debate tan serio para el país no habla bien que estuviera allí para hacer lo que sus mensajes revelaron.
Y es serio también que estos mensajes, de índole privada, aunque se hayan registrado en recinto público, salgan en los medios. Hablar por teléfono no es confiable, y eso quedó en evidencia, pero lo que faltaba es que también los mensajes de texto queden ahora a la vista de todos.
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