El secretario de Defensa Robert Gates dio el martes su apoyo moderado a un nuevo plan respaldado por la Casa Blanca, que será votado por el Congreso, que busca abolir una ley que prohibe que los homosexuales que sean miembros del ejército de Estados Unidos revelen abiertamente su orientación sexual.
Aunque el plan permitiría que Gates decidiera cuándo implementar esta derogación a la política "no pregunte, no diga", ha dicho que habría gustado tener más tiempo para analizar el asunto antes de que actúe el Congreso. La política actual permite que los hombres y mujeres homosexuales y bisexuales permanezcan en las fuerzas armadas mientras oculten su orientación sexual.
Gates "aún considera que la política debería ser revisada idealmente por completo antes de que se vote" , dijo el secretario de prensa del Pentágono Geoff Morrell. Gates había dicho que no quería cambiar la política hasta que el análisis a la medida concluyera en diciembre.
La Cámara de Representantes planea votar pronto, incluso el mismo jueves, para revocar la ley de 1993, que prohibe que los integrantes del ejército le pregunten los militares si son gays, prohibe actos homosexuales y requiere que los militares guarden silencio sobre su orientación sexual.
Por un acuerdo logrado este martes entre la Casa Blanca y algunos demócratas, las políticas sobre el personal del Departamento de Defensa no tendrán que cambiar hasta que el presidente, el secretario de Defensa y el presidente de la Junta de Estado Mayor Conjunto determinen que el ejército está listo.
A pesar del apoyo presidencial y de la consideración de Gates, no están muy claras las posibilidades de que la iniciativa sea aprobada en el Congreso. Los republicanos se opondrán y muchos demócratas han dicho que no están seguros de ella.
Se espera que el representante demócrata Patrick Murphy, un veterano de la guerra de Irak, presente la propuesta legislativa este martes. El senador Carl Levin, presidente de la comisión de servicios armados, la llevaría ante el Senado.
Mientras tanto, los grupos de defensa de los derechos de los homosexuales exigen la rápida aprobación de la propuesta.
"Sin un voto de derogación este año en el Congreso, las manos del Pentágono están atadas y las fuerzas armadas se verán forzadas a continuar con su política discriminatoria de 'no preguntar, no revelar' ", dijo Joe Solmonese, presidente de la Campaña de Derechos Humanos.
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