Jugar un excelente segundo tiempo le bastó este domingo a Millonarios para quedarse con la victoria ante su eterno rival de patio: Santa Fe. En el clásico capitalino 262, el elenco azul pasó de ser dominado, a ser dominador en un juego en el que ambas escuadras entregaron emociones en El Campín para sellar el duelo con un 2-0, resultado que aún no logran asimilar los cardenales.
La falta de definición y las buenas intervenciones del portero Nelson Ramos cambiaron la historia del compromiso para el rojo, equipo que durante 45 minutos tuvo puesta la pinta de ganador. Si bien el equipo de Arturo Boyacá fue otro con Ómar Pérez en la cancha, la reaparición del argentino no fue suficiente para alcanzar la victoria que ahora urge más luego de la nueva caída.
En el arranque del clásico bogotano, el peso del juego recayó en los volantes de marca Juan Esteban Ortiz y Daniel Torres. Alejados de los arcos, ambos elencos se tomaron su tiempo para acomodarse, pero una vez encontraron con su juego el público empezó a ganar. El primero en descifrar su libreto fue Santa Fe, que con velocidad opacó a su rival.
El onceno cardenal, que ofició de local, puso el pie en el acelerador para complicar a la escuadra embajadora. La magia de Ómar Pérez fue suficiente para imponer condiciones y jugar en el campo de Millos, elenco que pasó apuros con la mala entrega y la imprecisión de su defensa. Dos balones profundos del 10 rojo le dieron las oportunidades más claras de gol a Santa Fe en la primera etapa. En pase milimétrico, el argentino filtró un balón para Léider Preciado, quien no pudo celebrar ante la atajada de Nelson Ramos. La historia se repitió, con el mismo creador, pero esta vez el portero embajador le ganó el pulso a Ariel Carreño, quien ya había desperdiciado ante un error del defensa Alejandro Cíchero.
Al finalizar la primera etapa, Millonarios tan sólo ‘agendó’ un tímido remate de Édison Toloza y un tiro libre de Juan Guillermo Domínguez, mientras que el expreso rojo gestó varias oportunidades presionando arriba, provocando el error y llenando de emoción bajo los palos de Ramos.
De rojo pasó a azul
Luego del descanso, el juego fue todo para el conjunto albiazul. Y el cambio de dominador lo anunció Jéfferson Angulo en una jugada que se inventó y que por poco finaliza en la red. El ingreso de Máyer Candelo fue vitamina para el ataque de Millonarios. El ingreso del 10 le permitió adueñarse del todo de la pelota y anular prácticamente a su rival. Junto a Angulo tocó, tejió y orquestó juego colectivo.
Los dirigidos por Richard Páez empezaron a trabajar el gol y lo consiguieron. Al minuto 55, Édison Toloza asistió a Juan Esteban Ortiz, quien abandonó su posición en la mitad del campo para sentirse delantero y definir con clase ante Agustín Julio. Este tanto fue un balde de agua fría para Santa Fe, que poco a poco vio como el juego se le escapó de las manos.
Un cabezazo de Andrés Felipe González pudo igualar el compromiso, pero Ramos estuvo atento para mantener en cero su arco. Minutos de después, un nuevo error de Alejandro Cíchero puso en riesgo la victoria embajadora. Léider Preciado, en mano a mano, intentó bañar al Ramos pero el guardameta estuvo inmenso.
Mientras los hinchas rojos se lamentaban, al minuto 73, Robayo le entregó un balón a Wilson Carpintero, quien con segundos en la cancha pudo picotear el palo izquierdo para celebrar el 2-0. Santa Fe, impotente, no tuvo argumentos para equilibrar el juego. Ómar Pérez -su motor- se apagó, Andrés Felipe González abandonó el campo con una fractura en la muñeca y el honor, en esta oportunidad, terminó golpeado.
Ahora Millonarios, cuarto en el torneo, tendrá que medirse el próximo miércoles como visitante ante Tolima , mientras que Santa Fe, en el fondo de la tabla y urgido de resultados, aplazó su partido con Junior.