Alguna vez alguien me decía que “parir” ideas es muy difícil y doloroso y que lo peor es que cuando llega la musa, esta se desborda y es muy complicado detenerla y por lo tanto editarla. Me acordé de esta frase y de como muchas veces he hablado de la falta de edición en las colecciones de moda. Y cuando hablo de esto me refiero a que hay colecciones que tienen piezas o looks innecesarios que no aportan en nada al concepto general de inspiración e incluso desvían y desdibujan de alguna manera lo que el diseñador de modas quiere plasmar en 15 minutos de pasarela.
Y es que es muy poco tiempo a la hora de mostrar públicamente un proceso creativo que por lo general tomó meses en incubarse y nacer, de ahí la importancia de tratar de ser concisos para ser contundentes.
Muchos diseñadores, en el momento de crear una colección, parece que desbordaran su mente en un universo creativo que no tiene límites y donde millones de opciones fluyen alrededor de un mismo concepto, por eso pienso que es muy importante que en medio del proceso creativo haya una edición, un editor, el mismo diseñador o alguien más como un stylist o director de arte quien hagan la labor crítica y objetiva de reescribir una historia cargada de símbolos, porque eso es, al final, una colección de moda, una historia que se cuenta a través de piezas de ropa, accesorios, colores, maquillaje, peinados, música y puesta en escena.
Invito a los diseñadores a que en su proceso creativo desbordado, donde es tan difícil detenerse, lo hagan, y puedan realizar un proceso de edición minucioso donde así “duela” sacar un look lo puedan hacer y evitar ruido que nublen el concepto que quieren plasmar y comunicar.
Una invitación a no soltar todas las ideas, pero si toda la creatividad, es decir que se logre leer claramente su idea de colección y su identidad creativa, porque lo importante es ser contundente y preciso ante un público que en el abrir y cerrar de ojos que dura un desfile, experimenta moda.
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