Es satisfactorio que el parte de victoria de los organizadores de la Cabalgata de la Feria de las Flores, sea unánime: cero muertos el pasado sábado. Pero es lamentable que no se refieran a la cantidad de jinetes ebrios maltratando a las bestias que montaban.
Y que tampoco hablen de la cantidad de jinetes merodeando en las calles de Envigado y El Poblado hasta altas horas de la noche, como si estuvieran en un pueblo del viejo oeste americano.
No se vio mucho licor en venta callejera en medio del desfile de caballos -o binomios como se les dice- pero sí mucha gente comprando bebidas etílicas en los alrededores del evento.
No sabemos hasta cuándo aguantará la cabalgata como expresión cultura de Antioquia. Este año los caballistas ya bajaron a cinco mil, cifra baja si tenemos en cuenta que hubo años de siete y ocho mil jinetes, dando espectáculos bochornosos.
Y por supuesto: tacos por toda la ciudad.
Pico y Placa Medellín
viernes
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