Ocurrió en Bogotá, en una ruta de Teusaquillo, y era lo que faltaba: que niñas que deberían estar estudiando, utilicen cuchillos para intentar un asalto a los pasajeros de una buseta.
Es lamentable escuchar que cada vez hay más menores implicados en actividades delincuenciales, no necesariamente en crímenes. Esto nos habla de una descomposición en el seno de sus propias familias.
El nuevo Código de la Infancia y la Adolescencia introduce reformas para sancionar, prevenir y reeducar a los menores, pero nada puede hacerse sin el concurso de los padres que deben estar más atentos a lo que hacen sus hijos.
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