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“No deseo el mal al asesino de mi hijo”

02 de enero de 2014
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El dolor de madre, que es "indescriptible" en palabras de Marina Gómez —la mamá del médico Carlos Alberto Areiza, 29 años, asesinado en un intento de robo— se lo ofrece a Dios. No guarda rencor a los asesinos de su hijo y por el contrario siente que tras ese sicario que le quitó la vida a su hijo "hay una mamá que está sufriendo por lo que hizo el hijo".

La frase surgió de una conversación que sostuvo doña Marina con su hermana Gloria, que vive en España, a propósito del asesinato del joven, que según señalaron las autoridades se dio en un intento de robo. En el diálogo telefónico, se refirió al sicario como "un hijo que lo hizo porque no tuvo las oportunidades que tenemos todos nosotros".

—Mire que todo eso, la vida lo cobra —anotó.

Areiza murió después de recibir un disparo en el tórax el pasado jueves 26 de diciembre a las 10:00 p.m. en la calle 30 con la carrera 48, a pocas cuadras de la sede de la Eps Sura del sector Industriales, donde trabajaba en el servicio de urgencias. Según el reporte de las autoridades el ataque se dio cuando dos sujetos en una moto lo abordaron para robarle la suya.

"Diosito me lo pulió del todo. Me lo puso como el hijo ideal. Y si me lo tenía como el hijo ideal, ¿qué quería él? Guardarlo para que no me lo dañaran, eso siento. Para llevárselo limpio como lo necesitaba. Entonces si ya estaba así, Glorita, estaba preparado para estar con él. Esa es la vida", le dijo Marina a su hermana Gloria en una llamada que esta quiso grabar y se ha convertido en un mensaje que ha conmovido y hecho reflexionar a familiares y amigos.

Este mismo mensaje se lo ha transmitido doña Marina a su hija Luisa, que alternaba su residencia entre Marinilla —municipio donde reside la madre— y Medellín, donde vivía con Daniel en el barrio Calasanz, al tiempo que adelantaba estudios de arquitectura en la UPB.

"El rencor a la única persona que daña es a la que lo siente", dice la joven de 19 años, que ya había perdido a su padre en un atentado con un artefacto explosivo en 2004. "Es como un veneno que uno se toma esperando que otro se muera. Y el otro no se va a morir, se va a morir es uno".

Coincide con su madre en que no guardará rencor al asesino de su hermano. "Que mi Dios se encargue de él".

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