Al presidente Álvaro Uribe Vélez le va relativamente mejor dándole madera al Banco de la República para que reduzca el costo del dinero, que con su propuesta al sector empresarial para buscar un acuerdo de precios que ayude a recortarle las alas a la inflación.
El mandatario volvió a insistir en estas dos recetas durante el consejo comunal número 205 de su gobierno, celebrado el pasado sábado en el municipio Juan de Acosta, Atlántico, unas horas antes del matrimonio de su hijo Tomás.
Al Emisor le reprochó con elegancia su sordera, al decirle que "debe ponerle atento oído a la preocupación del pueblo colombiano", que empieza a ver un frenón de la economía y un frenón del consumo que anticipa una disminución de la oferta que puede generar más inflación.
Beatriz Uribe Botero, presidenta de Camacol, reconoce que a los constructores también los afectará el aumento de las tasas de interés del Banrepública al 10 por ciento. Pero, añadió, su gremio está tranquilo y no quiere contagiarse de un eventual pesimismo por el reacomodo que hoy se presenta en la economía colombiana.
Además, la dirigente gremial sostiene que es preciso respetar las decisiones del Banco de la República, pues sus razones habrá tenido para elevar en 25 puntos básicos su tasa de referencia. Recordó que estos funcionarios son expertos y están dedicados con exclusividad a monitorear y controlar esa variable. "Sus decisiones, como las de la justicia, deberíamos respetarlas".
Por su parte, Jorge Enrique Bedoya Vizcaya, presidente de Fenavi, advierte que el aumento de las tasas de interés lesionará el consumo de las familias, algo que por demás busca la Junta del Emisor. El caso es que ante tal perspectiva, los productores de pollo y huevo tendrán que racionalizar la producción, una determinación que puede golpear el empleo y, a la postre, conducir a precios más elevados.
¿Por qué insiste?
Ambos dirigentes gremiales no dejaron de mostrar su sorpresa por la insistencia del presidente Uribe en un punto que ya había sido discutido, y en cierta medida descartado en una reciente cumbre en el Palacio de Nariño: El acuerdo de precios. Cómo será que hasta las centrales obreras le negaron su bendición a tal propuesta.
La vocera de los constructores, Beatriz Uribe Botero, dice que definitivamente no se deben buscar estos acuerdos, pues en todas partes del mundo se ha demostrado que tienen efectos perversos. Al mercado hay que dejarlo funcionar sin interferencias. El alza que se registra en la inflación tiene origen en alto grado en factores externos y en los precios del sector agropecuario. Cierto, el peor castigo para la gente es la inflación, pero este remedio sería aún más catastrófico.
La presidenta de Camacol considera que se están exagerando las preocupaciones con el ajuste de la economía, algo que podría espantar a los consumidores y a los inversionistas.
Para el presidente de Fenavi también es claro que los acuerdos de precios no son viables. Y menos cuando las materias primas están por las nubes. Los productores nacionales de pollo y huevo muestran el tamaño de la brecha: En el primer semestre de 2008 sus costos de producción se incrementaron un 35 por ciento, mientras que los precios al consumidor final no fueron más allá del 2 por ciento.
Con semejante desbalance, ¿cómo pedirles a las empresas pactos para contener los precios?, se pregunta el dirigente gremial.
Salvo, añade, que se repita la fórmula de la semana anterior, cuando se expidió un decreto gubernamental para regular los fletes terrestres, asegurándoles a los empresarios del ramo un margen del 12,5 por ciento.
Al Gobierno le dijeron los mismos gremios de la producción que era menester hacer tareas en otros frentes para bajar la inflación. Una de ellas, sería monitorear las relaciones entre las grandes superficies del comercio y sus proveedores, pues hay unos elevados márgenes que se estarían quedando en las cajas registradoras.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6