Una de las principales causas de sufrimiento de los seres humanos son las preocupaciones: lo económico, la salud, el amor, el porvenir, etc. Con razón un filosofo de la antigüedad expreso: "Mi vida estuvo llena de tragedias que jamás ocurrieron". Al respecto conviene recordar la anécdota de un muchacho que al llegar a su mayoría de edad estaba temeroso de presentarse al servicio militar; pero afortunadamente un tío suyo al enterarse de la situación le dijo: "tranquilo sobrino, no te preocupes y preséntate porque te pueden pasar dos cosas: que salgas apto o no. Si no sales apto, no tienes por qué preocuparte y si sales apto te pueden pasar dos cosas: que te manden a combatir o que no te manden. Si no te mandan, no tienes por qué preocuparte y si te mandan te pueden pasar dos cosas: que te hieran en el combate o que no te hieran. Si no te hieren no tienes por qué preocuparte y si te hieren te pueden pasar dos cosas: que la herida sea leve o grave. Si es leve, no tienes por qué preocuparte y si es grave, te pueden pasar dos cosas: Que te mueras o que no te mueras. Si no te mueres no tienes por qué preocuparte, y si te mueres se te acaban las preocupaciones".
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