La ola de protestas que sacude a Venezuela mantiene al país dividido y envuelto en disturbios, en los cuales han muerto hasta el momento seis personas, entre simpatizantes de la oposición y seguidores del gobierno de Nicolás Maduro.
Los ataques a las marchas opositoras, señalan voceros de este grupo, proceden de fuerzas del Gobierno que, en ocasiones, actúan abiertamente, y de grupos de simpatizantes del gobierno.
La noche de este miércoles, personas en motocicletas dispararon contra edificios residenciales, como se aprecia en el video obtenido por elcolombiano.com.
Protestas contra Maduro siguen cobrando vidas en Venezuela
La ola de protestas que sacude a Venezuela cobró una vida más el miércoles, mientras el divido país seguía envuelto en disturbios y un detenido dirigente opositor urgió a seguir luchando para lograr la salida del gobierno socialista.
Génesis Carmona, una estudiante de turismo de 22 años y ex reina de belleza local, murió en un hospital horas después de haber sido alcanzada por una bala en la cabeza en la ciudad central de Valencia, dijeron los doctores que la atendieron.
Sus familiares aseguraron que los disparos provinieron de motoristas que emboscaron la marcha.
"¿Hasta cuándo vamos a vivir así? ¿Hasta cuándo vamos a aguantar esta presión? ¿Hasta cuándo vamos a soportar esto, que nos maten?", dijo a Reuters uno de sus familiares por teléfono.
"Le faltaba un semestre para graduarse", se lamentó en medio de los sollozos de sus parientes más cercanos.
Más tarde, el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV) reportó una muerte indirectamente vinculada a las protestas. La madre de una empleada del canal sufrió un infarto por las manifestaciones cerca de su casa y la ambulancia que la llevó se demoró en llegar al hospital por una demostración opositora.
"Al llegar al centro de salud la señora llegó tan mal que no sobrevivió: un deceso más que se produce durante una guarimba (protesta)", dijo la presentadora Erika Ortega.
Desde hace casi 20 días, miles de venezolanos han salido a las calles para manifestarse contra la alta inflación, la acuciante escasez y la elevada inseguridad, en protestas que han dejado cuatro muertos por disparos, otro atropellado y más de un centenar de heridos.
Aunque las manifestaciones son el mayor desafío del presidente Nicolás Maduro desde que asumió en abril, no había indicios de que su administración pudiera tambalear.
Los militares, cruciales en la historia venezolana para inclinar la balanza y presionar por la salida de un mandatario, han cerrado filas en torno al presidente.
Maduro asegura que la oposición, con apoyo de Estados Unidos, busca repetir el sangriento golpe de Estado que sacó brevemente del poder a su fallecido mentor Hugo Chávez en el 2002. Pero López dice que quiere revocar el mandato de Maduro con un referéndum, permitido por la Constitución para el 2016.
"No podemos subestimar a los grupos fascistas que tienen a su jefe preso en una cárcel", dijo Maduro la noche del miércoles durante una cadena de radio y televisión.
"Así lo hice y lo voy a hacer con todos los fascistas, estén donde estén. Yo no vine a mamar gallo (bromear), ni a estar jugando con la democracia. No acepto que se rete al pueblo de Venezuela, no acepto que se rete a la Constitución", agregó.
Reto a Maduro
López, un economista de 42 años educado en Harvard, instó a sus seguidores a luchar por la salida de Maduro, mientras se preparaba para enfrentar a la justicia que lo acusa de incitar a la violencia durante las multitudinarias manifestaciones.
Después de una semana en la clandestinidad rehuyendo una orden de arresto en su contra, López se entregó el martes a las autoridades durante una masiva protesta a la que había convocado.
"Nuestra causa ha sido, sigue siendo, y hoy más que nunca tiene que ser, la salida de este Gobierno", dijo López junto a su esposa en un vídeo publicado la noche del martes.
Venezuela está partida entre quienes defienden los millonarios subsidios del Gobierno que favorecen a buena parte de la población, y los que quieren un cambio de timón, hartos del rápido deterioro en su calidad de vida.
Haciéndose eco de las palabras de López, cientos de simpatizantes de la oposición se congregaron frente al Palacio de Justicia, donde se esperaba que el dirigente opositor fuera presentado para escuchar los cargos en su contra, tras pasar la noche en una cárcel militar en las afueras de Caracas.
López asegura que es inocente de las acusaciones.
"Estamos dispuestos a dar la vida. Él se entregó para enfrentar a la injusticia. Nosotros, la oposición, no tenemos armas. Espero que los estudiantes lleguen", dijo Juan Márquez, un jubilado de 68 años mientras el resto de opositores pedían la liberación del líder del partido opositor Voluntad Popular.
La coalición de fuerzas opositoras agrupadas bajo la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a una movilización para el sábado.
Arde la calle
Caracas volvió a ser el miércoles el epicentro de las protestas estudiantiles. Las fuerzas de seguridad dispersaron a miles de opositores con gases lacrimógenos buscando desbloquear las principales vías.
Secundada por tanquetas y camiones antimotines, la policía se topó con una fuerte resistencia de los manifestantes. Algunos de ellos denunciaron que grupos armados no identificados intentaban aterrorizarlos con disparos al azar.
Como todas las noches desde que iniciaron las protestas, un ruidoso cacerolazo de protesta estremeció algunos de los barrios más acomodados de Caracas.
En las capitales andinas de San Cristóbal y Mérida en el occidente del país, los choques con las fuerzas de seguridad arreciaron, y cada vez más personas acudieron a las protestas.
En por lo menos 13 de los 23 estados del país de 29 millones de habitantes se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes liderados por estudiantes.
En la ciudad sureña de Puerto Ordaz, un grupo de trabajadores mineros partidario de Maduro chocó con estudiantes en una batalla que terminó con, al menos tres heridos de bala, según reportó un testigo de Reuters.
Maduro dijo el miércoles por la noche que uno de los trabajadores se debatía "entre la vida y la muerte".
Abogados opositores aseguraron que durante las casi tres semanas de protestas se detuvieron a 170 personas en todo el país, de las cuales 35 seguían tras las rejas. Hubo denuncias de que algunos fueron torturados.
Los estudiantes han amenazado con permanecer en las calles hasta que Maduro renuncie, pero no había evidencia de que el presidente fuera abandonar el cargo.
Los disturbios generaron preocupación y pedidos de diálogo con la oposición de parte de algunos países latinoamericanos. Pero Maduro les dijo furibundo que no se metan en sus asuntos.